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Cómo se vive un año al frente de una agencia de comunicación, contado en primera persona

LUIS TUSELL, DIRECTOR DE MONKEYS COMMUNICATIONS Jueves 22 de septiembre de 2016

Si una característica en común tenemos los periodistas es nuestra capacidad de adaptarnos a nuevas situaciones.

Seguramente por haber aprendido más nuestro oficio sobre el terreno que en las aulas o por habernos acostumbrado a conocer cosas y explicarlas en apenas minutos. Esto resume, en buena parte, lo que han sido los primeros 365 días al frente de Monkeys.


Si alguien algún día me hubiera dicho que yo dirigiría una empresa le habría recomendado que visitara a un terapeuta. Ni entraba en mis planes ni era mi ambición. Pero si algo he aprendido de la dichosa crisis es que las oportunidades hay que cogerlas al vuelo y que se debe asumir, en ocasiones, algo de riesgo.

 

Cuando se me propuso la idea de dejar mi anterior puesto de trabajo como dircom para crear una agencia de comunicación sólo puse dos condiciones: manos libres para generar un proyecto útil para sus clientes y manos libres para formar un equipo de excelencia.

 

Un año después creo poder decir que ambas condiciones se han cumplido. Cuento con un equipo que atesora talento, juventud, ambición, mano izquierda y sobretodo, conocimiento técnico. Y hemos logrado una cartera de una treintena de clientes que cuentan con Monkeys más como un partner que como un proveedor, siéndoles de utilidad para llevar su negocio adelante.

 

Con estos dos elementos, mi trabajo durante un año ha tenido una única prioridad: el bienestar del equipo y el de los clientes. Son dos procesos que a la fuerza tienen que converger. No me he formado en ninguna escuela de negocios ni asisto a charlas de gurús, pero he hecho de periodista, escuchando y adaptándome a posteriori. Rodeándome de profesionales que han aportado su conocimiento al proyecto.

 

El equipo (empezamos cuatro y ya somos 10) ha tenido voz y voto en cada decisión. Comenzamos con una pizarra en blanco y, tras semanas de trabajo, pudimos cerrar una cartera de servicios y una forma de ofrecerlos, dinámica y en constante evolución. Sólo una plantilla identificada con el proyecto puede transmitir su esencia al cliente. Así que ha sido el equipo el que, cuando ha convenido, ha modificado mecanismos internos y externos para ofrecer un mejor servicio.


 

Mi trabajo ha sido relativamente fácil. Buscar talento y ofrecerles un terreno donde poderse desarrollar personal y profesionalmente. Una búsqueda que no puede parar. Porque su talento es el que ofrecemos a nuestros clientes, generando un servicio integral, accesible, adaptable y que priorice la excelencia. La dirección lleva el timón, pero sin el motor que es el equipo, la nave no se mueve. Como director, trato de que el equipo reme siempre en la misma dirección, compartiendo previamente los objetivos, buscando el consenso y asumiendo la autocrítica necesaria. De este proceso sale el servicio que se ofrece. Consensuado y analizado para que los resultados sean los óptimos para nuestros clientes.

 

Como máximo responsable de Monkeys he dedicado mucho tiempo a escuchar a esa treintena de empresas e instituciones que han confiado en nosotros. A aconsejarles. A explicarles. A sugerirles. Seguramente, uno de los mayores beneficios de este año ha sido cosechar relaciones personales con gente de sectores tan diversos con los que he podido aprender de ellos, y ellos de nosotros. Curiosamente, he comprobado como un alarmante número de empresas no saben qué puede aportarles la comunicación ni el servicio que ofrecen las agencias. Algo ha hecho mal el sector, sin duda.

 

Detrás de todo esto queda la parte más gris. Aquella que ni el equipo ni los clientes ven. La de las horas y noches dándole vueltas a ideas o proyectos. La de las largas conversaciones con los socios que te han confiado el proyecto buscando nuevas propuestas. La de los presupuestos y facturas, tratando de cuadrar los balances. La de las tareas más administrativas. Es, sin duda, la parte menos vistosa pero igualmente esencial.

 

El resultado de todo ello es un servicio que da notoriedad a los proyectos de nuestros clientes. Desde startups a pymes o multinacionales logramos que sus clientes potenciales conozcan las virtudes de sus productos o servicios. A través de los medios de comunicación, de las redes sociales, de los buscadores en internet o generando newsletters o acciones a medida. Fortaleciendo previamente su imagen para que esté a la altura y en consonancia con sus valores: generando un relato de la marca y sus productos, con webs actualizadas y de diseño atractivo, documentos corporativos que aporten prestigio, logos o namings que les distingan de la competencia. Y analizando los resultados mes a mes para enfocar al máximo el tiro de cada estrategia.

 

El segundo año ya ha arrancado y cuando finalice estoy convencido de que el servicio que ofreceremos será distinto al actual. Quisimos crear una agencia que se adaptara a las necesidades actuales de nuestros clientes, y éstas cambian cada día, igual que las herramientas para cubrirlas. Pero lo que más me gusta es que ellos no se tengan que preocupar.

 

Con los motores a máxima velocidad, el timón nos ha de llevar a la actualización sistemática.

 

Aquí puedes ver el vídeo del primer año de la agencia