lunes, mayo 6, 2024

5 verdades que conseguirán que tu voz enganche en una reunión o ponencia importante

ARTÍCULO DE LAURA MARTÍN (ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA VOZ) / ¿Alguna vez te has preguntado por qué hay voces que hacen que puedas estar pegada al altavoz durante horas y por qué hay otras voces que hacen que desconectes y pierdas el interés en cuestión de minutos?

Por Laura Martín, directora de la Academia de Ciencias de la Voz  / 3 de noviembre de 2023

Todos hablamos desde que somos pequeños. O sea que todos tenemos una amplia experiencia en esto de hablar. Pero muy pocas personas se hacen las siguientes preguntas ¿cómo hablo?, ¿cómo se escucha mi voz?, ¿me siento identificado con ella?, ¿me representa?

Hablar y comunicar es una habilidad innata de los seres humanos, pero desarrollar el potencial vocal y comunicativo es solo para unos pocos.

Si en tu día a día profesional la voz forma parte de tu trabajo y es responsable de parte de tus ingresos necesitas saber que hay 5 aspectos que deberás tener en cuenta para que tu voz enganche a cualquier persona en tus reuniones o ponencias más importantes.

1) Debes atender a cómo suena tu voz

No hace falta dominar conceptos musicales, pero sí diferenciar entre sonidos graves y agudos. Tu voz deberá tener un tono específico (tono de voz) en función de tu identidad sexual y de tu edad para que refleje y hable de ti antes de que tú digas nada. ¿Te imaginas a Mario Alonso Puig hablando con una voz más aguda? ¿o a la periodista Ana Pastor hablando con una voz muy grave? Las dos situaciones harían que no les identificáramos con su imagen vocal ni con su discurso y perderían nuestra atención.

2) Hay que vigilar el timbre.

Tu voz debe ser agradable para ser escuchada. Seguro que recuerdas al personaje de la serie Friends, Janice, diciendo “oh, Dios mío”. Daba igual cómo se comportase el personaje, sus acciones o incluso lo que dijese. Su timbre de voz generaba un rechazo generalizado del público.

3) Deberás prestar atención a la intensidad

Es verdad que en ciertos escenarios tendrás apoyo de microfonía, pero en otros con formato más íntimo no. El volumen/la intensidad de tu voz deberá ajustarse al espacio en el que estés, al número de asistentes y a la distancia entre tú y la última fila. Necesitas una voz lo suficientemente potente para que las personas que están al fondo te escuchen perfectamente sin hacer que los de las primeras filas sientan que estás gritando.

4) Cuidar el ritmo

Recuerda que no estás dando un sermón ni estás presentando “pasapalabra”. Lo que va a hacer que tus oyentes sigan atendiendo es que tu voz y tu discurso sea dinámico. Necesitas adaptar la velocidad al mensaje. Si quieres que tu público esté activo, atento o tome acción tus palabras tendrán que salir más rápido de tu boca sin perder la dicción al igual que tu tono será más agudo y subirás también la intensidad. Si por el contrario necesitas que presten atención, si tu mensaje tiene un fondo más emotivo o quieres que reflexionen sobre algún tema el ritmo de tus palabras deberá enlentecer, tu tono de voz agravarse un poco y bajar la intensidad para que focalicen su atención plenamente en lo que les estás diciendo.

5) Que tu voz sea flexible y melódica

Puede parecer que te estoy hablando de nuevo del tono, pero no. Una cosa es el tono general de voz que usas y otra cosa es la gama de tonos que usas en un discurso. ¿Verdad que hay un montón de tonos verdes en la paleta de un pintor? Pues en la paleta vocal de una persona que usa la voz de forma profesional hay un montón de tonos vocales que debe saber usar para dar melodía a su discurso.

Te propongo un ejercicio para que lo experimentes. Seguro que has escuchado mil veces el cuento de “La caperucita roja” y la frase mítica de “abuelita, abuelita ¿Qué ojos tan grandes tienes?”. Léela ahora en voz alta. Vuelve a leerla como si nunca la hubieses leído o escuchado. Y, por último, vuelve a leerla como siempre la has escuchado. ¿Ves cómo “bailan” las palabras? Esa es la melodía de la voz y no hace falta cantar para que esté presente. Una voz melódica es flexible y te cuento ahora un secreto más, cuanto más flexible sea tu voz más difícil va a ser que la pierdas.

Recuerda que no hay nada más aburrido que un discurso monótono y sin ritmo. Por eso una voz que enganche ha de estar en equilibrio entre las 5 verdades que acabas de descubrir. Escucha tu voz, conócela y entrénala para que te ayude a conseguir tus objetivos profesionales.