jueves, abril 25, 2024

Diez reglas del periodismo de precisión aplicadas a la comunicación corporativa

El periodista Carlos Salas recoge, en su libro Manual para escribir como un periodista, diez reglas fundamentales del periodismo de precisión. La precisión es una cualidad aplicable también a la comunicación corporativa (en notas de prensa, informes, reportes…), por lo que conviene que las tengas muy en cuenta.

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Por Redacción, 6 de octubre de 2022

La precisión, según explica Carlos Salas, «es el arte de contar exactamente un suceso y, aparte de recurrir a la belleza pictórica, también se logra reflejando el tiempo, en lugar, el entorno, los protagonistas, las condiciones. No se trata de convertirse en un notario o en un contable, sino en salpicar con ingenio la marea de datos que rodea un acontecimiento». Estas son las diez reglas de oro del periodismo de precisión que propone en su libro:

Nada es obvio: todo hay que confirmarlo una y otra vez. Recordad lo que dicen los periodistas norteamericanos: «Si tu mamá te dice que te quiere, confírmalo por otra fuente». Se debe tardar más en comprobar que en escribir.

No hay que fiarse de las noticias ya publicadas: si vamos a escribir sobre un suceso ya contado, hay que telefonear a alguna fuente para confirmar que eso fue lo que sucedió.

Repasar las cifras: la mente tiene la costumbre de saltarse las cifras. Un guarismo mal puesto nos hunde un reportaje. No es lo mismo 1.000 euros que 10.000 millones de euros.

Precisar cantidades y relaciones: «Dos millones de palestinos viven por debajo del umbral oficial de la pobreza (330 dólares). Pero, ¿al mes? ¿al año? «Los israelíes pagan el agua más barata». ¿Cuánto?

Los pies de foto tienen vida: hay que indicar el nombre y apellido de los personajes, su posición (derecha o izquierda de la imagen, el lugar y, a ser posible, la fecha.

Claridad: rehusar las palabras muy técnicas o la jerga de los profesionales de cualquier rama del saber.

Las comparaciones: «El Corte Inglés pagó 650.000 segundos en anunciarse por la radio». ¿Y eso es mucho o poco? ¿Cómo lo medimos? Pues con alguna comparación: «El Corte Inglés pagó 650.000 segundos para anunciarse en la radio. Si hubiese que escucharlos todos seguidos, tardaríamos más de 7 días en hacerlo».

Escribir bien los nombres en idioma extranjero aunque nos suenen a chino: siempre habrá un extranjero que nos lea, y es mejor no causarle un ataque de risa.

Encontrar la palabra correcta dentro de la expresión adecuada. «Cada palabra tiene su sentido propio y es semánticamente irremplazable», dice el escritor checo Milan Kundera.

Evitar los adverbios de cantidad y de tiempo si no van acompañados de una aclaración: «muchos», «demasiados», «muy pronto», «muy tarde» no sirven de nada si no añadimos la cantidad o la fecha exacta.

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