ARTÍCULO DE VERÓNICA PÉREZ (METRÓPOLIS COMUNICACIÓN) / O te adaptas o mueres. Así resumía el naturalista británico Charles Darwin, autor de la teoría de la evolución, uno de los principios básicos del funcionamiento de cualquier ecosistema, según el cual el factor más importante para garantizar la supervivencia de una especie es su capacidad para adaptarse a los cambios.
Por Artículo de Verónica Pérez, directora de Operaciones y Coordinación Territorial de Metrópolis Comunicación / 10 de julio de 2020
En ocasiones, los cambios se producen muy despacio y son casi imperceptibles. Los experimentamos de una manera muy natural y esto hace que nos adaptemos a ellos sin apenas esfuerzo. Otras veces son comparables a una enorme ola que arrasa todo lo que se encuentra a su paso. En estos casos, la peor estrategia que podemos adoptar es darle la espalda y luchar contra ella.
Sin duda, la pandemia provocada por la COVID-19 ha sido una ola gigantesca que ha impactado en todos los ámbitos de nuestra sociedad, incluidas todas las ramas de la comunicación.
Sin embargo, podríamos afirmar con escaso margen de error que el virus no ha servido para poner sobre la mesa grandes novedades en el campo de la comunicación, aunque sí ha provocado algo mucho más importante: nos ha recordado por qué es importante comunicar y cómo debemos hacerlo.
Internet y los medios digitales se han consolidado, durante estos meses, como los canales de comunicación preferidos por los usuarios. Marzo y abril, cuando el confinamiento fue más estricto, el uso de las redes sociales se incrementó un 55%, un 23% más en el caso de Twitter, según datos de ComScore.
Son solo dos cifras que sirven para ilustrar cómo el consumo intensivo de lo digital en estas semanas ha supuesto una prueba de fuego para aquellas empresas, organizaciones y líderes políticos, que estaban centrados en la comunicación tradicional y cuya presencia en redes era escasa o demasiado rígida.
En muchos de esos casos, la falta de capacidad de adaptación a las nuevas circunstancias ha provocado que hayan estado ausentes, desaprovechando la oportunidad que sí han utilizado otras marcas que han sabido amoldarse al momento.
Esas marcas, las que han sido capaces de mantener una comunicación fluida con los usuarios, han visto aumentar la credibilidad de sus mensajes, crecer la confianza, generar interés por una idea y fortalecer el liderazgo.
Han sorteado con habilidad la primera ola, quizá la más agresiva. Pero no deben confiarse porque ahora se enfrentan, en esta nueva realidad, a un reto aún más importante. En las próximas semanas y meses seremos testigos de una sociedad que se vuelve mucho más crítica debido, entre otros motivos, a la crisis económica.
En Metrópolis Comunicación creemos que a partir de ahora es muy importante no caer en el error recurrente de reducir la inversión en comunicación durante una situación económica difícil, porque la menor presencia de competidores en el mercado ya es una oportunidad en sí misma.
Empresas y líderes políticos tienen por delante el desafío de mantener la coherencia de los mensajes que han transmitido a lo largo de estos meses. Y esto sería imposible sin una estrategia de comunicación clara, cuyo objetivo debe ser, por encima de cualquier otro, mantener esa confianza. De lo contrario, podrían enfrentarse a una crisis reputacional que echaría por tierra el esfuerzo realizado.
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