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Xurxo Torres analiza cómo es la comunicación ‘en tiempo de dragones’

REDACCIÓN Lunes 17 de junio de 2019

Xurxo Torres, socio fundador de Torres y Carrera, nos habla en esta entrevista de su libro En tiempo de dragones, donde analiza los nuevos modelos de periodismo, la cara oculta del Big Data, el predominio de la inmediatez, la sobreexposición digital, y las Fake News.

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¿Por qué ‘En tiempo de dragones’?

 

Porque todavía hay mapas que trazar. Jugamos con el “Aquí habitan dragones” con el que los cartógrafos de la antigüedad delimitaban las zonas desconocidas de sus mapas y con el fenómeno de Juego de Tronos y todo el impacto que la industria del entretenimiento tiene en nuestra sociedad.

 

¿Y La Línea Maginot?

 

Es un proyecto de trabajo colaborativo, un taller creativo que nos permite agitar nuestras ideas y confrontarlas con las de otros. El nombre hace referencia a lo efímero de la vanidad: la infranqueable línea de defensa que se convierte en un colador durante la guerra, pero que mantiene su halo épico a pesar de la derrota. Nos gustan los loosers.

 

¿Qué es ‘En tiempo de dragones’?

 

Un ensayo que nos invita a pensar cómo va a ser la comunicación del siglo XXI. Todavía arrastramos los mecanismos de comunicación del siglo XX, pero la transformación digital y la presión medioambiental nos están obligando a cambiarlos.


¿Qué mecanismos son esos?

 

Básicamente dos: Los factores de la comunicación establecidos por Shanon y Weaver en 1949: Emisor, canal, código, mensaje, receptor. Y la jerarquía de la comunicación, controlada tradicionalmente por las grandes empresas (especialmente de consumo) y los grandes grupos editores de comunicación.


¿De qué manera?

 

Los factores han cambiado: o se han simplificado, antes eras emisores o receptores ahora somos emiceptores. O se han multiplicado exponencialmente: los canales. O se han banalizado: el mensaje. Y esto ha repercutido sobre la jerarquía del proceso. Ya no está en manos de unos pocos poderosos. Hoy David vuelve a amenazar a Goliat. Ni uno ni otro son 100% buenos-malos.


¿De qué manera está afectando la revolución tecnológica?

 

De manera clave, tanto en la modificación de los factores de comunicación (las redes sociales son claves para el desarrollo del emiceptor) como de la jerarquía comunicativa (a nivel usuario, el experto ha dado paso al entusiasta, hemos pasado del prescriptor acreditado al radical libre locuaz.


¿Qué es un radical libre?

 

La evolución del influencer hacia ámbitos técnicos: energía, consumo, nutrición… emiceptores con opiniones formadas sobre estos temas que -con muchos o pocos seguidores- arrastran mucha opinión con ellos porque trabajan en red en la red. Hacen de la polémica su fuente de ingresos. Aquí David no es pura filantropía. Más que cambiar el mundo, pretenden cambiar su estatus.


¿Está defendiendo a las grandes empresas?

 

Estoy defendiendo el rigor. De hecho, considero que las grandes empresas están teniendo serias dificultades para pillar el ritmo de la nueva comunicación. Siguen empleado mecanismos tradicionales a los que suman nuevas tecnologías como mano de pintura. Pero en general, les está costando seguir el ritmo de la sociedad actual.

  

¿Y cuál es el motivo de este desfase?

 

Básicamente porque la sociedad de consumo está dando paso a una sociedad de conocimiento. La preocupación por el calentamiento global, por ejemplo. Resulta difícil definir qué fue antes si las normativas de la administración o la sensibilidad social. Da igual, la sociedad apoya la guerra contra el cambio climático. Y las empresas intentan adecuar su ritmo a la norma y al escrutinio social. Ahí hay algo más que puro consumo.


¿Parece que la TD es mala?

 

En modo alguno. El desarrollo técnico carece de alcance ético. Son nuestras decisiones, al menos hasta un desarrollo mayúsculo de la IA, las que determinan lo bueno o malo de su uso. El único pero que se me ocurre aquí o ahora, respecto a nuestra convivencia con la tecnología es que no la pasamos más que por un filtro: el de usuario. Deberíamos empezar a cuestionarnos el porqué o el para qué de determinados usos tecnológicos. Hemos erradicado el aburrimiento, y el aburrimiento es la antesala de la reflexión. Falta más pausa.


¿Cómo será la comunicación que viene?

 

Más eficaz y más social. Creo que asistiremos a una revisión profunda de la aparente complejidad en la que nos movemos actualmente y que todo tenderá a ser más eficaz: esto es, más sencillo, más abordable. Y respecto a lo social, creo que las grandes empresas ya han empezado a darse cuenta de que cuanto más corporativo es su lenguaje, más les cuesta conectar con la sociedad.

 


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