sábado, abril 20, 2024

“Talento STEM”, una apuesta de presente para conquistar el futuro

ARTÍCULO DE ASUNCIÓN SORIANO (ATREVIA) / Nadie pone ya en duda que la incertidumbre es una de las características más definitorias de nuestro presente, y también de nuestro futuro. Sin embargo, este intenso momento de transformación que vivimos también nos permite afianzar nuevas certezas. Entre ellas, hoy sabemos que sobrevivir en un entorno acelerado como el actual exige a las empresas desarrollar una gran capacidad de adaptación, de aprendizaje y demostrar una flexibilidad impensable años atrás.

Por Asunción Soriano, CEO de ATREVIA / 29 de septiembre de 2022

En ese esfuerzo por no perder los trenes del siglo XXI y la revolución tecnológica que lleva aparejada, nuestros sistemas educativos todavía no son capaces, al menos en parte, de suministrar los conocimientos y herramientas necesarias para lograr lo que deberían ser dos grandes objetivos: por un lado, conseguir que las nuevas generaciones desarrollen perfiles profesionales que casen con la demanda que rige y regirá un mercado laboral definido por una ya indiscutible nueva revolución industrial; por otro, posibilitar que los senior se reciclen y adquieran nuevas habilidades que les impidan quedarse atrás.

Las empresas, sin embargo, ya están absolutamente convencidas de que es fundamental y estratégico contar con el llamado “talento STEM” (siglas en inglés de Science, Tecnhology, Engineering y Mathematics): profesionales con un perfil tecnológico, así como capacidades y habilidades en el campo de las matemáticas y la ingeniería, que son y serán cruciales en el crecimiento y la expansión de las organizaciones.

Hablemos de cifras. En términos de oportunidad, para 2025 se necesitarán cubrir en España 400.000 empleos que requerirán este tipo de candidatos. Pero si tenemos en cuenta que, de acuerdo con los resultados del IV estudio de ‘Empleabilidad y Talento Digital 2021’, elaborado por la Fundación VASS y la Universidad Autónoma de Madrid, solo el año pasado quedaron vacíos 7.000 puestos del sector de servicios TIC por falta de competencias, es más que evidente que tenemos un serio problema de discordancia entre los profesionales que necesitamos y necesitaremos, y la formación de los que tenemos hoy día. Además, existe otro déficit relacionado con el género: solo uno de cada seis especialistas TIC y uno de cada tres graduados en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas son mujeres.

Y si las empresas lo tenemos tan claro, ¿por qué íbamos a esperar a que este déficit se solvente institucionalmente? Si algo nos han enseñado los últimos años es que hay que ser, más que nunca, parte activa de la solución. Los cambios que vengan no deben hacernos olvidar ese papel activista que debe dar sentido al propósito de las organizaciones.

Precisamente en este contexto se inserta el lanzamiento, por parte de ATREVIA, de una metodología pionera de Employer Branding 5.0 que, dirigida a responsables de Recursos Humanos y de Transformación Digital e Innovación, pretende ayudar a las empresas españolas a atraer talento STEM, permitiéndoles cubrir satisfactoriamente la cada vez más alta demanda de perfiles tecnológicos. El objetivo no es otro que construir una plataforma en la que confluyan empresas, profesionales y estudiantes que busquen ampliar sus conocimientos en este ámbito. Todos los miembros de esta comunidad podrán conectar con otras personas y organizaciones, así como tener acceso a más oportunidades profesionales y de desarrollo.

Esta iniciativa responde a un interés seguro compartido por todas las compañías: la apuesta por el desarrollo social y el crecimiento económico. Y esto es algo que, inevitablemente, pasa por desplegar todos los recursos a nuestra disposición para contribuir a reducir esta brecha. Una brecha que, en las condiciones actuales, está condenada a acrecentarse en el futuro: según varios estudios, como el de Randstad, el 28% de los empleos en los próximos años estarán relacionados con la tecnología, frente al 16% actual.

Es necesario y urgente, por tanto, tender puentes y generar puntos de encuentro, a todos los niveles, para procurar una mayor correspondencia entre lo que buscan las organizaciones, los candidatos y el propio mercado. Se trata de poner de acuerdo los intereses de cada parte y trabajar en la misma dirección, porque este es el único camino que nos permite mirar a un futuro exitoso para el tejido empresarial, económico y social.

El mundo del siglo XXI que está emergiendo es incierto, duro, competitivo y exigente. Por eso requiere de respuestas coordinadas (alianzas público-privadas) pero también de una sociedad activa, proactiva y con iniciativa en donde las empresas no sean actores pasivos sino capaces de dar un paso adelante para enriquecer y aportar a la sociedad en la que actúan.

Además, ampliar las opciones profesionales y abrir nuevas oportunidades de inserción en el mercado de trabajo es también una fórmula excelente para la retención del talento, y un preventivo eficaz para la tan lamentable “fuga de cerebros”. Por todo esto, a modo de conclusión, podemos decir que educar a nuestros ciudadanos en las nuevas herramientas y conocimientos técnicos trae un triple beneficio: para la ciudadanía, que sale reforzada y empoderada; para las empresas, que pueden contar con una cantera de expertos profesionales y, finalmente, para el país, que adquiere mayor protagonismo dentro de la nueva geopolítica y economía mundial.