ROSA LARREA, CONSULTORA DE COMUNICACIÓN FREELANCE Sábado 14 de julio de 2012
El freelance de comunicación tiene muchas ventajas si antes ha vivido el trabajo en una agencia y, como en todos los órdenes de la vida, si ha contado con buenos maestros*.
A partir de ahí, plantearse la independencia profesional, o verse abocado a ella, puede permitir que afloren muchos factores favorables del trabajo individual, tan característico de la comunicación y, aunque parezca un contrasentido, de las relaciones públicas. Una gran parte del trabajo diario del consultor de comunicación en una agencia es puramente individual. Aún más, puede llegar a ser personal e intransferible. Allí donde llega la confianza en una persona es muy difícil que lleguen otras cualidades del trabajo. También aflorarán handicaps, contra los que hay que luchar con trabajo y tesón. Encontrar el equilibrio entre ventajas y desventajas marcará, con gran seguridad, el camino del éxito.
Organización del tiempo y disciplina.
Es muy importante establecer una jornada de trabajo. El autónomo trabaja siempre, según el creer popular, la costumbre y los anuncios de las compañías de telefonía móvil. Pero no debe ocurrir así. El autónomo debe autoimponerse una jornada laboral. Es mucho mejor si ese horario permite, además, conciliar la vida familiar. Y de la misma forma que debe marcarse ese horario, debe ser capaz de establecérselo a sus clientes, que con facilidad tienden a pensar que el freelance está disponible las 24 horas del día y 7 días a la semana. Accesible para una emergencia o una necesidad puntual, por supuesto. Trabajando permanentemente, no.
Conseguirlo es cuestión, entre otras cosas, de disciplina, de establecer unos hábitos que satisfagan al cliente, de no fallar. Y de evitar costumbres como responder un email con la noche bien entrada, pensando en que de esa manera el cliente se encontrará la respuesta por la mañana. Esa misma respuesta, a primera hora del día, tiene el mismo efecto y permite además la continuidad en la conversación.
El lugar de trabajo.
Una de las ventajas del trabajo individual es que se puede desarrollar en el domicilio propio. Conviene, en este caso, disponer de un entorno de trabajo profesional, aislado en la medida de lo posible de las interferencias habituales de un domicilio familiar y con el equipamiento necesario para atender cualquier necesidad laboral. No es necesario poder recibir a los clientes en él ni disponer de un lugar para reuniones de trabajo. Para estos casos existen numerosas alternativas en todas las ciudades. Los Centros de Negocios y numerosos hoteles disponen de salas de reuniones de alquiler o de estancias gratuitas suficientemente acondicionadas para ello.
Huir de la soledad.
La soledad es muy buena compañera de trabajo cuando éste necesita concentración, pero no lo es tanto cuando es necesaria una consulta, un descanso, o simplemente cuando se echa de menos el trabajo en equipo. Un consejo para huir de la soledad es no abusar de los emails, y “practicar” el teléfono. Un café con un periodista, sin otro objetivo que charlar un rato y compartir ideas y conocimientos, o una llamada a los clientes, debe formar parte de la rutina diaria. Del mismo modo, se deben incorporar a la agenda tantos actos, encuentros, jornadas, conferencias o cursos como estén al alcance. En esos lugares se potencia el networking porque los asistentes, habitualmente, estarán predispuestos a ello.
Herramientas de trabajo.
Al tener una estructura reducida, los recursos con los que trabajar deben ser elegidos al detalle para que sean capaces de convertirse en el complemento perfecto del trabajo. Entre los imprescindibles, más allá de las herramientas ofimáticas, están la lectura diaria de medios on-line y off-line, alternando entre unos y otros en la medida de lo posible. Son muy útiles las recientes plataformas digitales de los grandes grupos editoriales, Kioskoymas y Orbyt, y las versiones en PDF de las que disponen la mayoría de los medios en sus ediciones digitales. Para el seguimiento de noticias son imprescindibles las alertas de Google y muy completas herramientas como www.pickanews.com y www.mynews.es.
Punto y aparte merecen las redes sociales y otras herramientas creadas en Internet. No se puede trabajar de espaldas a Twitter, Facebook, Linkedin o Pinterest, del mismo modo que no se deben desaprovechar las ventajas que aportan sitios o herramientas como Dropbox, Evernote, Google Docs, Skype… Prácticamente para cada necesidad hay una solución en Internet. Y en muchos casos con un coste bajísimo, si no gratuito. Utilizar este tipo de herramientas facilita el trabajo y aporta una imagen muy positiva ante el cliente, que en muchos casos termina incorporándolas también a su día a día, si no lo hacía ya antes.
Dar el todo.
Para el freelance no debe existir la dosificación. Debe dar todo de lo que es capaz profesionalmente para conseguir los objetivos que se ha marcado junto a su cliente. Aún más, debe convertirse en un socio facilitador de este y hacerlo de una forma proactiva.
Captación de clientes.
Lo más complicado quizás sea conseguir captar la atención de nuevos clientes, empresas que quieran trabajar con un profesional que no tiene el respaldo de una empresa, con grandes presentaciones, con una oficina donde acoger al futuro cliente. Siempre queda el resultado del trabajo bien hecho, el press clipping y las referencias de las cuentas gestionadas, que son nuestra mejor carta de presentación.
El periodista.
De qué sirve todo lo anterior si no se consigue interesar a un periodista, hacerle ver que la historia que le estás contando aportará valor a sus lectores, sus oyentes o sus espectadores, ser capaz de transmitirle lo esencial del mensaje, entendiendo y respetando su trabajo, facilitándoselo. Es imprescindible trabajar en una agenda amplia y actualizada. Y es el colmo pasar a formar parte de la agenda de los periodistas. Esa es una señal inequívoca de un trabajo bien hecho.
(Nota de la autora: Mi maestro se llama Felipe Portocarrero. Me dio la oportunidad de equivocarme tantas veces como fuera necesario y aprender de ello. Gracias.)