REDACCIÓN Jueves 11 de abril de 2019
Silvia Albert creó hace 20 años la agencia Silvia Albert in company, rebautizada ahora como Agencia comma. En esta entrevista, la fundadora pasa revista al pasado, presente y futuro de la agencia.
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Acabáis de cambiar vuestra denominación histórica (Silvia Albert in company) por otra nueva (Comma). ¿A qué se debe este cambio?
Silvia Albert in company es toda una marca, sin duda; una marca que nos ha acompañado a lo largo de todo este tiempo y que nos ha hecho crecer. Empezamos como una empresa personalista y pequeña que cuidaba, sobre todo, la relación con los medios de comunicación. Desde aquellos comienzos muchos clientes y profesionales siguen todavía con nosotros. Pero hoy, con nuevas necesidades de nuestros clientes, con la situación de la industria de los medios de comunicación, con la aparición de nuevos profesionales… todo ha cambiado y, nosotros con ello.
Ahora somos una agencia más grande, con un equipo multidisciplinar y carismático; cantera de profesionales bien preparados, bien formados y convencidos de lo que hacemos, de cómo lo hacemos y de por qué lo hacemos. De las relaciones con medios a la comunicación global, la incorporación de herramientas y conocimientos de tecnología, datos, diseño, pensamiento, creatividad, contenidos, entornos digitales, nuevos formatos… Algunos lo llaman comunicación 360. Yo lo llamo estar preparados para cubrir todas las necesidades de los proyectos o de los clientes con los que trabajamos.
Somos mucho más que una agencia de comunicación ligada a un nombre propio. Aquí ya hay muchos y poderosos nombres propios que han ganado su propio espacio, y necesitábamos una marca que lo reflejara.
¿Cómo fue el proceso de creación del nombre Comma? ¿Qué significa?
Nuestra nueva marca, comma, es un tributo, homenaje y reconocimiento a un elemento tan importante y trascendental en nuestro trabajo: la coma.
Una coma es uno de los signos de puntuación más importantes de nuestro lenguaje. Con ella podemos cambiar el significado de las cosas, condenar a muerte a un penado o salvarlo, dejar patente la formación o ausencia de ella del narrador… La coma en una frase es como la comunicación en una corporación: clave, imprescindible, esencial.
La coma es un elemento fundamental de nuestra principal herramienta de trabajo: el lenguaje, este con el que trabajamos cada día y sobre el que sustentamos nuestra tarea asesora. Los contenidos, los buenos contenidos, deben ser de calidad, en la forma y en el fondo. Y la coma es protagonista. La coma es también universal: se pronuncia igual en español y en inglés y nos permite un pequeño guiño tramposo: coma con dos emes para acoger la palabra mágica ‘comunicación’ en su vertiente más breve: comm. La coma es sutil pero decisiva: indica un dominio experto del lenguaje, y al mismo tiempo nos permite exprimir al máximo nuestra creatividad para darle la vuelta a una idea, y sorprender. Algo que nos encanta hacer.
No hemos querido renunciar a nuestro color verde corporativo, ese al que tanto han seguido muchas empresas y organizaciones del sector, porque creemos que va unido a nuestra forma de ver la vida. Y recurrimos al negro para mostrar fortaleza, seguridad y coherencia y para que todo sea más fácil.
¿Obedece el cambio a una simple modernización de la marca, o hay detrás de esto alguna estrategia empresarial de más calado?
Como te decía, necesitábamos una marca que reflejara bien lo que somos y lo que hacemos; que diera cabida a toda nuestra experiencia y a la multitud de profesionales que integran la compañía. Teníamos un abrigo que nos quedaba pequeño y necesitamos espacio para seguir creciendo, creando, provocando, innovando…
Además del cambio de nombre, este año es muy importante para vosotros porque cumplís 20 años en el mercado. Hagamos un poco de historia. ¿Cómo fue el nacimiento de la agencia hace ya dos décadas?
Desde el primer momento tuve muy claro el objetivo: crear una firma responsable, coherente y profesional en el sector de la comunicación que tanto me apasiona. A los pocos a los que pedí opinión sobre lo acertado o no de crear una empresa, cuando estaba de dircom de uno de los mayores bancos de inversión del mundo y tenía un puesto reconocido y valorado, me lo desaconsejaron vivamente. Pero, quizás, en ese espíritu rebelde que me caracteriza, no hice mucho caso y aquí estamos 20 años después. Creo que era el momento de dar el paso. Tenía experiencia -tanto en medios como en direcciones de comunicación- y muchas ganas de emprender. Estábamos a punto de cruzar al nuevo milenio y las nuevas tecnologías estaban a punto de estallar. Sacrifiqué muchas cosas y robé posiblemente tiempo a mis hijos. Pero no me arrepiento.
¿Cuáles han sido los principales hitos en estos 20 años y que han hecho crecer a la agencia?
Sobre una forma de trabajar diferente, basada en la búsqueda permanente de la excelencia y del trabajo en equipo con nuestros clientes, yo diría que dos han sido los hitos esenciales en nuestra trayectoria como empresa: el primero, la innovación tecnológica y, como consecuencia, el cambio de paradigma en los modelos de trabajo. Cuando empezábamos mandábamos las notas de prensa ¡por fax!. Estaba a punto de estallar Internet y se estaba empezando a hinchar la burbuja. Se notaba un burbujeo constante de inquietud que algunas agencias vieron como amenaza y, nosotros, como una enorme oportunidad. Empezamos a trabajar con muchas empresas punto com y a empaparnos de ese espíritu, de su filosofía, de sus formas de enfocar los negocios, de trabajar… Apostamos, sin duda, por las nuevas herramientas y canales; fuimos de los primeros en tener redes sociales, tanto corporativas como personales, y a intentar educar y evangelizar a nuestros clientes en los nuevos modelos de conversación.
El segundo, los profesionales. Somos una empresa abierta, transparente, muy horizontal, para lo bueno y para lo malo. La incorporación de profesionales con muy diversos bagajes y perfiles nos ha permitido, y nos permite, mirar desde diferentes prismas y salir de nuestra zona de confort. Somos extremadanamente perfeccionistas y eso nos hace estar muy atentos a todo lo que nos rodea.
«Somos una empresa abierta, transparente, muy horizontal, para lo bueno y para lo malo»
¿Podríais decirnos cuáles han sido los mejores momentos?
Sin duda, cada vez que ganamos un cliente convencido, que se apasiona con nuestra forma de hacer comunicación, con nuestra forma de ser… Que no le da miedo nuestra innovación y que nos deja trabajar.
Momentos también muy especiales son nuestras celebraciones. Siempre encontramos un motivo para celebrar, organizar algo, divertirnos. Recuerdo con especial cariño nuestra fiesta del 14 aniversario que coincidía con la inauguración de nuestras nuevas oficinas. Estábamos en plena crisis, nadie celebraba nada y había mucha tristeza. Hicimos una fiesta tan divertida que mucha gente aún nos lo recuerda porque fuimos capaces de poner un poco de color en un momento muy apagado.
¿Echas algo de menos en la forma de trabajar en comunicación de hace años en comparación con las prácticas actuales?
Echo de menos mucho lo que yo llamo ‘el tiempo de cultivo’. Vamos muy deprisa, todo son batallas, el papel lo aguanta todo y no hay tiempo de pensar, recapacitar, conocer ni preparar el terreno para recoger frutos. Necesitamos repensar, investigar, estudiar, contrastar… Con ello, nuestro trabajo sería mucho más rico. Ahora la premura, en todos los sentidos, nos acogota.
¿Cuál es el organigrama de la agencia: principales áreas, personas responsables…?
Como comentaba antes, somos una organización bastante horizontal. Tenemos 4 direcciones de área: gestión global, finanzas, salud y empresas. El expertise digital es transversal a estas cuatro direcciones. En cada una de ellas, tenemos consultores senior, consultores, consultores junior y talento en formación. Contamos también con un departamento de diseño y otro audiovisual y colaboradores especializados en otras áreas también transversales como pueden ser big data, blockchain, SEO/SEM, publicidad…
«Echo de menos mucho lo que yo llamo ‘el tiempo de cultivo’. Vamos muy deprisa, todo son batallas»
¿Cuál dirías que es la ventaja diferencial que más aprecian vuestros clientes?
Posiblemente, la coherencia. Hacemos lo que decimos. Somos consultores, asesores; no meros ejecutores. Formamos, enseñamos y guiamos a nuestros clientes y eso lo valoran mucho. Somos nosotros los que gestionamos la comunicación de nuestros clientes y les quitamos ese peso de su trabajo diario. Están tranquilos porque estamos nosotros y eso les da una perspectiva de trabajo en equipo que valoran muchísimo.
¿Cómo habéis abordado el salto a la comunicación digital?
Nacimos en 1999 cuando salieron a la luz todo el entorno punto com así que podríamos decir que éramos nativos digitales 😉 Fuera bromas, a pesar de mi edad, estaba en nuestro ADN de compañía ese entendimiento. Siempre he sido curiosa, osada y valiente y he tenido una especial sensibilidad hacia esas tendencias. Además, siempre he buscado profesionales que nos guiaran, que entendieran muy bien ese universo, que tuvieran esa sensibilidad, que nos acompañaran y asesoraran. Ahora mismo, no entendemos esa división que tanto nos exigen porque no entendemos un mundo on y otro off, solo hay uno.
¿Cómo veis los próximos diez años?
Una década llena de oportunidades, sin duda. Son momentos muy convulsos en todos los sentidos, y especialmente en el mundo de la comunicación en el que el modelo de los medios se está demostrando caduco, en el que las fronteras entre las diferentes prácticas se desdibujan, en el que nos ganamos terreno unos a otros y en el que la comunicación parece que empieza a conocerse más. Es un momento en el que podemos perder mucho o ganar mucho, todo depende de la capacidad de aprendizaje, de la adaptación a nuevos modelos, de la flexibilidad, de la apertura de mente y de miras y de la puesta en valor por nosotros mismos de nuestra tarea. Los contenidos siguen siendo lo más importante, da igual el soporte o el canal, y ahí nosotros tenemos mucho que hacer y que decir.
¿Quieres comentar algún otro tema de interés?
Que estos 20 años de trayectoria profesional no hubieran sido posibles sin la aportación del magnífico talento con el que cuenta la Agencia comma, tanto de los que han aportado a lo largo de todos estos años y que nos han acompañado hasta aquí, y de los que actualmente estamos en el día a día. Siento una enorme gratitud al tiempo que me siento muy afortunada.
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