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Daniel Ureña: el lobby de trabuco perjudica a una profesión todavía desconocida

REDACCIÓN Viernes 24 de febrero de 2017

Valencia Plaza ha entrevistado a Daniel Ureña, director general de Más Consulting Group, quien reflexiona sobre la mala fama que tiene el lobby y aporta algunas ideas para solucionarlo.

Daniel Ureña afirma que la entrevista que en España, durante muchos años, el lobby ha sido una profesión muy desconocida que todavía sigue teniendo muchos prejuicios, pero poco a poco se va venciendo. «En España se ha abusado mucho de lo que llamamos el lobby de trabuco. Es que conozco a la novia de la prima del cuñado o al asistente de no se quién y te voy a llamar y esto te lo arreglo yo. Pero esto no va de eso. El lobby va de planificación, de estrategia, de metodología, de construir mensajes, de construir consensos, de construir cómo piensa uno. Aún se piensa que el lobby es una agenda de contactos y ya está. Los contactos son importantes, pero no lo son tantos». 

 

Respecto a la regulación del lobby, Ureña ve un riesgo el que se pase «de no tener regulación a tener 300.000 millones de regulaciones. Una en cada comunidad o en las grandes ciudades (…) Yo soy partidario de que no solo sea así para el lobby. En España hay un exceso de regulación y sería bueno que al menos hubiera unas pautas generales o al menos unos requisitos». 

 

Y añade: «Me parece razonable que haya un registro. A nivel europeo hay un registro de transparencia en el que hay más de 660 entidades españolas entre ONG, consultoras, despachos, patronales y asociaciones. De momento es voluntario, y al ser voluntario hay gente que no está a pesar de ser lobby. Pero las reglas del juego deben ser las mismas para todos. Hay algunos despachos que hacen lobby y no están registrados y por debajo están haciendo esa tarea. Yo soy partidario de que haya pocas leyes, pero que se cumplan y sean claras para todos». 

Preguntado por la mala fama que la opinión pública tiene del lobby, Ureña afirma que en las instituciones europeas se pide que no se utilice el término lobby y que se sustituya por el término “representación de intereses”: «A nivel nacional, en el Congreso tenemos un 62% de diputados nuevos que se han incorporado en esta legislatura y no saben de todo. Saben de una cosa mucho, de otra menos, y al final los lobbies te permiten conocer con detalle un tema. Si se utiliza bien puede ser algo muy útil».

 

¿Por qué tiene tan mala reputación la palabra lobby? «Por desconocimiento», explica Ureña: «Se vincula con temas que no tienen que ver con el lobby, ademas de que figuras como el pequeño Nicolás y Urdangarín tampoco ayudan a la imagen del lobby. Al final hay que entender que la principal herramienta es la información. Yo te hago llegar información de cómo una decisión tuya puede afectar a un sector. Yo creo que por desconocimiento, son percibidos como organizaciones oscuras pero es que no solo las tabaqueras, las energéticas o las telecos son lobbies, también las ONG o los sindicatos. La pregunta sería, ¿quién no hace lobby en esta sociedad?»

 

Ureña defiende la profesionalización del lobby: «A la reunión puede ir el portavoz de una patronal, pero tú lo que haces es el servicio de preparación de una reunión. En vez de soltarle un rollo de 45 minutos lo abrevias. A mí hay una frase de Kennedy que me gusta mucho: “lo que los lobbistas tardan diez minutos en hacerme entender un problema, mis colaboradores tardan tres días”. Un buen lobbista tiene que tener la capacidad de condensar, explicar y sintetizar. Al final un diputado se reúne con mucha gente y si le aburres, si eres un tostón o demasiado técnico, todo va a ir en tu contra». 

 

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