Cada cierto tiempo, las empresas toman la decisión de cambiar de agencia de comunicación. Los motivos pueden ser de lo más variados. De cualquier manera, esta decisión supone un momento de incertidumbre para el Dircom o el Dirmark, que debe gestionar el cambia tomando las debidas cautelas.
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Por Redacción, 22 de mayo de 2025
Algunas empresas se plantean repartir el trabajo entre diversas consultoras de comunicación, cada una especializada en una rama de la comunicación y del marketing. Otras, en cambio, trabajan con varias agencias y deciden que lo mejor es concentrar toda las inversión en una sola agencia. En ambos enfoques, le toda al Dircom/Dirmark afrontar el dilema de elegir nuevas agencias de comunicación con las que trabajar en este nuevo periodo.
Muchos se toman este proceso como si de un cambio de pareja se tratase. Celos, dudas, e incertidumbres son algunos de los sentimientos más comunes que se producen en esta fase de cambio. ¿Cómo hay que afrontar estas situaciones para gestionarlas de la mejor manera posible?.
Vínculos que hay que romper
Los profesionales de la empresa cliente y de la agencia desarrollan vínculos durante el tiempo que dura su trabajo en común. Esto crea una vinculación, tanto profesional como personal que, en ocasiones, es difícil romper. Desde un punto de vista estrictamente profesiona, cambiar de agencia no debe suponer un trauma para nadie. Ganar o perder una cuenta es algo natural en el trabajo de las agencias.
Miedo al cambio
Las empresas dudan sobre los nuevos servicios que continuamente surgen en el mercado y que ofertan las agencia de comunicación más innovadoras. Un ejemplo actual puede ser la aplicación de la Inteligencia Artificial a la comunicación. Aquí el dilema del Dircom está entre la permanecer con su agencia de siempre, de la que conoce sus rutinas y sus formas de trabajar, o afrontar la incertidumbre de contratar a una agencia rompiendo la zona de confort de los profesionales del departamento de comunicación.
Celos
Cuando una agencia conoce que hay otra empresa trabajando en labores de comunicación pueden generarse celos. ¿Qué harán? ¿cómo lo harán? ¿querrán dejar de contar con nosotros? Son algunas de las dudas que surgen en el seno de las agencias. El enfoque correcto es intentar esforzarse y aprender, en la medida de lo posible, ante el nuevo reto.
Ante estas situaciones caben diferentes mentalidades y maneras de afrontar el cambio. Las dos más frecuentes son:
Otra agencia
¿Por qué tener sólo una agencia? Muchas compañías pueden satisfacer mejor las necesidades del cliente en un determinado ámbito. Por ejemplo, en ocasiones hay clientes que poseen su agencia de relaciones con medios, pero confían su comunicación de crisis o formación de portavoces a otras consultoras. ¿Cuál es el problema? La respuesta debería ser sencilla: ninguno. Cada cual posee su especialidad y puede ofrecer un mejor servicio en uno u otro ámbito.
Cambio progresivo
Los cambios no tienen por qué ser radicales. Es imposible tener la misma relación y compenetración con dos personas diferentes y mantenerlas al mismo ritmo. Del mismo modo ocurre en el ámbito laboral. No debemos exigirnos ni esperar tener algo idéntico a lo conocido. Poco a poco iremos descubriendo la ‘personalidad’ de la nueva agencia y su metodología de trabajo.
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