La escalada, tradicionalmente unida a los espacios naturales desde sus orígenes en acantilados y montañas, hoy se perfila como un deporte profundamente comprometido con la sostenibilidad. En el corazón de esta transformación se encuentra Arkose, cuyas instalaciones reflejan un compromiso con el medio ambiente a través de prácticas y materiales sostenibles.
Por Redacción, 23 de abril de 2024
Desde su concepción, la escalada se ha desarrollado en un estrecho diálogo con la naturaleza. Los escaladores, al practicar al aire libre, inevitablemente se convierten en defensores del entorno que los rodea. Este vínculo ha llevado a que, en Arkose, adopten medidas para minimizar su impacto ambiental.
En Arkose, la construcción de las paredes de escalada utiliza madera certificada FSC, proveniente de bosques gestionados de forma sostenible. La elección de materiales reciclados y de segunda mano para el mobiliario y la infraestructura refuerza la filosofía de reducción de la huella ecológica. Los centros también implementan programas de compostaje para los residuos generados y utilizan aislantes de origen vegetal, demostrando un enfoque holístico hacia la sostenibilidad.
La oferta gastronómica en la cantina de Arkose se basa en productos locales y de temporada, asegurando que cada elemento del menú soporte la economía local y reduzca el impacto ambiental asociado con el transporte de alimentos.
Además, la escalada en Arkose se presenta como una actividad que trasciende la edad, fomentando una conciencia física y mental en sus participantes. Es un deporte que requiere de estrategia y resistencia, ofreciendo un espacio para el desarrollo personal y comunitario.
