martes, diciembre 3, 2024

Reputa…qué?

Por Justo Villafañe, Catedrático de la Universidad Complutense / 16 de octubre de 2020

Reputación. Reputación de las empresas, de las instituciones, de las ciudades, de los países… de todo eso que usted, como dijo Woody Allen, siempre quiso saber sobre la reputación y nunca se atrevió a preguntar. Todo eso lo encontrará en el diccionario sobre la reputación y los intangibles empresariales que desde hoy se puede adquirir por un módico precio en cualquier parte del planeta a través de Amazon.

Querido lector, mis disculpas por esta introducción gamberra, impropia de un profesor de provecta edad como el que suscribe. La única eximente que puedo ofrecer es que llevo más de dos décadas tratando de explicar –por tierra, mar y aire—qué es y qué no es la reputación corporativa, la reputación de las empresas, que es mi principal interés, y mi gran frustración, porque aún no lo he conseguido. Esta es la razón principal por la que un buen día, en plena pandemia, me puse a escribir un diccionario temático sobre eso, sobre la reputación.

El resultado de este postrer intento tendrá más éxito, estoy seguro, porque ahora he pedido ayuda. Entre las más de doscientas voces que recoge el texto, muchas de ellas han sido escritas por mí, pero también muchas otras las han redactado consultores y consultoras de Villafañe & Asociados y –sin duda lo más importante—otra buena porción de esas voces tiene como autores y autoras a CEOs y académicos de prestigio de las principales compañías y universidades iberoamericanas, a los cuales agradezco, ahora muy en serio, su contribución a esta obra que solo persigue la activación de un espíritu crítico que desde la empresa ha de movilizar a la sociedad en estos momentos de incertidumbre.

En la historia del capitalismo, salvo las tres décadas y media transcurridas después de la segunda guerra mundial, la gran empresa probablemente –y especialmente en el mundo desarrollado—haya sido parte del problema que hoy nos aparece en forma de pandemia vírica y que mañana surgirá –ojalá no sea así—como una crisis climática muy grave. Sin embargo, hoy esa misma gran empresa, puede ser parte de la solución y no solo arrimando el hombro en los momentos críticos, como ya lo ha hecho, sino contribuyendo al bien común, lo que se traduce en una cooperación con altura de miras entre lo público y lo privado, porque no lo olvidemos, como decía Amartya Sen, nobel de economía en 1998, “las buenas empresas, son un bien público”.