“Ese búho me dijo que estaba haciendo un buen trabajo… hasta que intenté hablar en la vida real” con esa frase, durante una sesión ficticia de terapia grupal, arranca uno de los vídeos con los que Preply lanza su última campaña: El Mejor Dúo. La plataforma de aprendizaje de idiomas deja claro que, mientras Duolingo apuesta por la inteligencia artificial, ellos siguen creyendo en la enseñanza de verdad: el aprendizaje entre personas.
Por Redacción, 12 de junio de 2025
La campaña, que ya se difunde a través de las redes y canales digitales de Preply, presenta con ironía las consecuencias de depender exclusivamente de apps gamificadas. En los vídeos, vemos desde un alumno atrapado en un debate donde Duolingo solo puede presumir de su racha, hasta una batalla estilo arcade en la que el “superprofe” de Preply vence sin esfuerzo a una app que solo destaca por enseñar lo básico. Ya sea aprender español para hablar con la familia política, preparar una entrevista de trabajo en alemán o poder conversar con una abuela por primera vez en su lengua materna, El Mejor Dúo pone de relieve el impacto emocional y educativo que sólo la enseñanza humana puede lograr. Algo que, aseguran, va más allá de cualquier chatbot.
¿Por qué Preply no sustituye a las personas por la IA?
En un momento en la inteligencia artificial genera cada vez más debate en el sector, Preply se desmarca y apuesta por un enfoque más equilibrado. No se trata de elegir entre humanos o tecnología, sino de integrarlos con sentido.
“Aprender un idioma no es solo memorizar vocabulario o mantener una racha de ejercicios. Es entender una cultura, ganar confianza y construir relaciones. Un profesor humano ofrece empatía, confianza y personalización, cualidades que ningún algoritmo puede replicar”, explica Sofia Tavares, directora de marca de Preply.
Los dúos que están detrás de la campaña
Más allá del tono satírico de los vídeos, la campaña muestralos vínculos reales que se han formado en Preply con el paso de los años.. En el corazón de la campaña El Mejor Dúo se encuentran historias inspiradoras de parejas profesor–alumno que abarcan países, culturas y miles de horas de aprendizaje, todas ellas basadas en la confianza, la empatía y una auténtica conexión emocional. Las siguientes son algunas de las más destacadas:
Daniel y Jose Luis: aprender español para salvar vidas
Daniel, profesional de salud mental en EE.UU., comenzó a estudiar español para comunicarse mejor con sus pacientes. Gracias al acompañamiento de su profesor Jose Luis y más de 1.400 clases, hoy está certificado para realizar evaluaciones psiquiátricas y brindar apoyo psicológico en español, cerrando así una brecha crucial en la atención médica.

Gustavo y Mónica: una amistad que rompió barreras lingüísticas
Desde Costa Rica, Gustavo, psicólogo, no solo mejoró su inglés. Tras ocho años de clases con Mónica, su profesora, logró un ascenso laboral y forjó una amistad duradera, marcada por el intercambio cultural y el crecimiento personal.

Chris y Luis: el idioma del amor y la familia
Para Chris, de Nuevo Hampshire, aprender español no fue solo una cuestión académica: fue un acto de amor. Con la ayuda de su profesor Luis, logró conectar más profundamente con la cultura de su mujer y criar una familia bilingüe. En sus palabras “la gente aprende idiomas para hablar con otras personas, no con robots”.

Aunque algunas de estas duplas llevan años aprendiendo juntas, la clave no es la cantidad de clases, sino la relación que se establece entre ellos. Los procesos lingüísticos se producen a ritmos diferentes según las personas, e incluso las relaciones de corta duración con un profesor pueden dar lugar a grandes avances. Estas historias son prueba de que aprender un idioma es mucho más que adquirir vocabulario: se trata de romper barreras y crear lazos.