13 de mayo de 2025
Carlos Goncer, Director de Personas y Cultura en Iberdrola | bp pulse, lidera la construcción de una cultura compartida en una compañía de reciente creación nacida de la alianza entre dos grandes energéticas. Con un equipo diverso y en crecimiento, la comunicación interna se convierte en herramienta indispensable para alinear valores, fomentar el sentido de pertenencia y consolidar un proyecto con propósito sostenible.
¿Qué retos en comunicación interna plantea la creación de una nueva empresa con un equipo proveniente de distintas compañías y culturas corporativas?
Crear una identidad propia es un desafío enorme, pero también una oportunidad única. Partimos de experiencias diversas, con sus historias, sus procesos y sus formas de hacer. El desafío está en no forzar una integración, sino construir algo nuevo que recoja lo mejor de cada perspectiva y lo complemente con la energía del nuevo talento que se incorpora. Es como empezar a escribir un nuevo capítulo con muchas voces, pero con un mismo propósito. Además, fomentamos espacios de escucha activa para que los empleados compartan sus expectativas y preocupaciones.
¿Cómo habéis definido los valores en este proceso de crecimiento y consolidación?
Entendemos los valores como el nexo que nos une. Más allá de ser una declaración escrita, son principios que se reflejan en nuestro día a día, en cada paso que damos y en cómo nos relacionamos. Por eso, hemos dedicado tiempo y reflexión a identificar aquellos que verdaderamente representan nuestra visión y moldean nuestra cultura interna, en un proceso participativo en el que todo el equipo ha estado implicado.
Mientras impulsamos la movilidad del futuro, desplegando una red de recarga ultrarrápida moderna e innovadora en España y Portugal, nuestro propósito también se vive desde dentro. No solo marca el rumbo de nuestras acciones externas, sino que inspira la manera de comunicarnos y de trabajar en equipo. Nuestra identidad se construye sobre cuatro valores que nos definen: somos equipo, sentimos orgullo, hacemos esfuerzos y estamos cerca.
¿Cómo ayuda la comunicación interna a vivir esta nueva identidad cultural?
Desde el principio tuvimos claro que necesitábamos generar confianza, cercanía y sentido compartido. La comunicación interna ha sido clave para activar conversaciones, escuchar a las personas, resolver incertidumbres y, sobre todo, poner en valor lo que nos une. Gracias al expertise de PrideCom en este tipo de proyectos, contamos con una guía estratégica que nos ha permitido sentar las bases: qué mensajes transmitir, con qué tono, en qué momentos, y cómo involucrar a todos en este proceso de construcción cultural.
¿Cómo se consigue que el equipo se sienta parte del proyecto desde el primer día?
Fomentando las conversaciones valientes, dando voz, generando espacios de participación reales y celebrando cada pequeño logro. Somos una joven empresa con ambición de gigante, y eso exige un equipo comprometido. Afortunadamente, los datos nos demuestran que vamos en la dirección correcta: el 92% considera que es un buen lugar para trabajar, el 98% siente que puede ser él o ella misma, y el 100% cree que lo que hacemos tiene un impacto positivo en la sociedad. Eso habla de una cultura viva, donde las personas se sienten parte del viaje.
Más allá de la comunicación, ¿qué acciones concretas lleváis a cabo para fomentar la unión entre equipos y reforzar el sentimiento de pertenencia?
Nos gusta generar espacios donde las personas puedan conectar más allá del trabajo. Apoyamos la participación en actividades deportivas como carreras populares, eventos de nieve o torneos, que ayudan a fortalecer la cohesión de forma natural. También impulsamos iniciativas vinculadas a la diversidad e inclusión, como formaciones, campañas de sensibilización o la creación de grupos de afinidad. Y cuidamos mucho los detalles: desde el diseño de elementos de merchandising con identidad propia hasta encuentros informales que refuerzan el orgullo de pertenencia. Además, hemos rediseñado nuestro espacio de trabajo para fomentar la conexión, las conversaciones y la vinculación con la marca. Todo suma para construir equipo y cultura compartida.
Como referente en diversidad e inclusión dentro del sector, ¿qué aprendizajes compartirías con otras empresas de nueva creación o en transformación?
La inclusión no se delega: es responsabilidad de todos. En Iberdrola | bp pulse formamos a nuestros líderes en sesgos inconscientes, fomentamos la creación de grupos de afinidad y revisamos procesos que a menudo pasan desapercibidos, como el lenguaje en las ofertas de empleo. Pero, sobre todo, fomentamos micro acciones que construyen una cultura inclusiva que forma parte de nuestro ADN. Cuando las personas se sienten libres para ser quienes son, los equipos son más fuertes, más innovadores y comprometidos.