¿Qué función tiene el departamento de Asuntos Públicos en el tejido empresarial español? Esa es la pregunta a la que trata de responder el último informe de Political Intelligence España, “Gobernanza de asuntos públicos: generando valor para las organizaciones”, en el que se analiza la realidad de este departamento en las corporaciones de nuestro país y, atendiendo a sus características y al valor que se busca, se definen ocho arquetipos distintos: vigía, activista, arquitecto…
Por Redacción, 12 de mayo de 2025
El informe, publicado este lunes, destaca la transformación que se vive en el sector de los
asuntos públicos: “Lo que hace dos décadas era una actividad marginal o meramente reactiva en nuestro país, hoy se consolida como un área estratégica fundamental para las
organizaciones”, afirma Daniel Mehrad Fuertes, socio y director de Political Intelligence y
coautor del documento junto al responsable de Talent Management de la consultora, Pablo
Gutiérrez-Jodra.
Y apunta: “Entre los años 2020 y 2023, los departamentos de asuntos públicos de las empresas han incrementado significativamente sus recursos, tamaño e influencia, asumiendo un rol más importante, con mayor impacto en el negocio y reputación”.
El documento identifica los siguientes perfiles:
Vigía: un rol pasivo pero crucial. Su función es anticipar oportunidades o amenazas
regulatorias, políticas o sociales.
Faro de tendencias: anticipa cambios con impacto en el negocio a medio y largo plazo,
previendo escenarios políticos, normativos y sociales. Muy frecuente en grandes
multinacionales.
Embajador de relaciones: construye relaciones sólidas con el ecosistema,
fortaleciendo la reputación y legitimidad de la organización.
Deal Maker: identifica y aprovecha oportunidades de colaboración público-privada que
generen impacto positivo en la actividad empresarial. Es habitual en sectores como el
farmacéutico o defensa
Escudo: protege la reputación de la organización, anticipando y previniendo crisis. Este
perfil vigila constantemente la percepción pública e identifica riesgos.
Regulatorio: actúa como intérprete jurídico y legal. Anticipa cambios legislativos y
asesora en la adaptación.
Activista: busca influir y moldear activamente el entorno, provocando cambios
sociales, políticos o ambientales. Requiere un CEO activista y el uso de Policy Comms
(PR for PA) para generar tracción mediática y en el ecosistema.
Arquitecto: promotor proactivo de un contexto político, regulatorio y social favorable
al negocio, capaz de generar ventajas competitivas. Colabora con stakeholders clave
para impulsar la agenda pública y representa la máxima aspiración del área,
requiriendo madurez avanzada, buen presupuesto, equipo sólido y coordinación
eficiente.
El informe puede descargarse, de manera gratuita y abierta, desde la web de Political
Intelligence.
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