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La comunicación del PP en la crisis del Caso Bárcenas

ALEJANDRO TEODORO, CONSULTOR DE COMUNICACIÓN Jueves 7 de febrero de 2013

El caso ‘BárcenasGate‘ ha sacudido la opinión píblica hasta provocar un terremoto mediático de grandes dimensiones [otro más], claramente agravado por la actual situación económica, política y social en nuestro país. Un presunto escándalo de corrupción a gran escala que afecta al Partido Popular, y directamente a sus máximos dirigentes, entre ellos el presidente Mariano Rajoy.

Una crisis, pues, a título organizacional y personal, pero también nacional. Un contexto crítico como el presente no tolera informaciones como las publicadas en El País, por lo que la ciudadanía ha estallado;  sean o no ciertos los rumores. Esta es una crisis con muchos frentes abiertos: ante el resto de partidos políticos; ante la justicia y, especialmente, ante el conjunto de los españoles.

No soy experto en comunicación política, por lo que no entraré en valoraciones de este carácter por su complejidad, ni tampoco enjuiciaré a los políticos envueltos en la polémica por los supuestos cobros de dinero negro. Únicamente me limitaré en este post a analizar la gestión de la comunicación en esta crisis, y muy en particular, a las comparecencias públicas de María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, y Mariano Rajoy, presidente del Gobierno. En el siguiente post me centraré en la gestión dentro de las redes sociales y sus consecuencias.

Es decir, partiendo de la base que desconocemos la veracidad de todas las informaciones vertidas, ¿cómo se ha posicionado el partido y sus dirigentes ante esta crisis? ¿A través de qué canales? ¿Cómo se han defendido? ¿Son creíbles con sus palabras y sus gestos?

Comunicado oficial
La primera acción del Partido Popular es la difusión de un comunicado escueto en el que niega las informaciones publicadas en El País y asegura que no existe una «contabilidad oculta». Del mismo modo, asegura que ha puesto en marcha una auditoría externa y una interna de sus cuentas. El comunicado es un clásico modelo de nota que permite ganar tiempo para preparar una estrategia de comunicación, en el que se dice lo más relevante pero sin desvelar muchos datos.

Lo primero a remarcar es: no es fácil hablar ante los medios de comunicación. Mucho menos comunicar bien. Y aún más difícil es hacerlo durante una crisis de este calibre. Sirva para entender el papel de los portavoces del Partido Popular, que deben estar bien preparados para afrontar esta situación.

Rueda de prensa de María Dolores de Cospedal
La secretaria general del Partido Popular
compareció ante los medios de comunicación el pasado 1 de febrero a las 13.30h, tras la polémica portada de El País en la que se revelaba parte del contenido de los papeles del ex tesorero del PP, Luis Bárcenas. Ante una multitud de periodistas y parte del Comité Ejecutivo de los populares, Cospedal salió a la palestra para desmentir tajantemente las acusaciones vertidas sobre su partido y también sobre su persona. La comparecencia duró unos 40 minutos (7 minutos de intervención más el turno de preguntas).

Algunos aspectos a destacar son:

Cospedal inicia su intervención con un argumento que no debería ser principal durante su comparecencia, ni tampoco de la estrategia del Partido Popular: «[…] queremos mostrar nuestra indignación ante las informaciones aparecidas en un medio de comunicación de tirada nacional que solo tratan y solo persiguen perjudicar al Partido Popular, a sus dirigentes y al presidente del Gobierno». Es la conocida técnica del ventilador.

En segundo lugar, la secretaria general ya pide tranquilidad a los ciudadanos puesto que los documentos filtrados a El País «son falsos», y por tanto, no implican al PP en ningún caso de financiación ilegal. Por supuesto, desmentir tajantemente una información como ésta es más prioritario que buscar una mano negra, exista o no. Por lo tanto, mala selección del orden de los mensajes.

Durante su discurso, Cospedal se basa en argumentos poco convincentes para los ciudadanos, que no desmarcan en absoluto al Partido Popular de la supuesta corrupción en sus filas. Bajo la batuta del «nada que ocultar» y la «máxima transparencia», recurrir a la publicación de la declaración de la renta, afirmar que todas las nóminas son legales, reiterar la realización de una auditoría o esgrimir que todos los movimientos están supervisados por el Tribunal de Cuentas es poco menos que insuficiente.

Necesario, sí; pero insuficiente ¿Por qué? Es evidente que ambos ejemplos sirven para demostrar que hay una legalidad en las cuentas de los dirigentes populares y del propio partido, pero no significan ni mucho menos que no haya cuentas en B. Los datos de economía sumergida en España es un buen ejemplo para demostrar cómo en un mismo entorno puede gestionarse dinero limpio y dinero negro.

Comunicación no verbal
Ante unas infamias de esta magnitud, según palabras de la propia secretaria general, Cospedal se muestra fría mientras lee su discurso. Los papeles de Bárcenas la implican directamente a ella en todo este entuerto, es decir, está en el punto de mira por corrupción. Sin embargo, no se le ve enfadada, enfurecida, o incluso decepcionada. En una crisis como la citada en la que está envuelto el Partido Popular, y por tanto, sus dirigentes, el mensaje debería salir del corazón para desmentir, con una rotundidad pasmosa (si realmente las informaciones son falsas) la veracidad de los documentos. Máxime en el actual contexto de recortes…

Está en juego la honorabilidad de una persona, y en el caso de Cospedal, no lo parece. Se muestra poco agresiva, a diferencia de Mariano Rajoy en su discurso, e incluso su lenguaje corporal le juega una mala pasada cuando, en aquellos momentos cruciales de su intervención, espeta una especia de sonrisa que poco ayuda a sostener sus argumentos.

En respuesta a la pregunta de un periodista, Cospedal asegura, en más de una ocasión, que aparecen muchas mentiras en los documentos supuestamente escritos por Luis Bárcenas. ¿Qué significa esto? ¿Las otras son verdad? Esta respuesta transmite la sensación que Cospedal está convencida de la inocencia de aquellos dirigentes del Partido Popular de los cuáles tiene constancia, pero no pone la mano en el fuego por todo el aparato del partido. De hecho, varios miembros de la cúpula popular han reconocido haber cobrado dinero.

En definitiva, la comparecencia de María Dolores de Cospedal arroja más dudas si cabe a una crisis de confianza absoluta contra el Partido Popular.

Comparecencia de Mariano Rajoy
Menos de 24 horas después, el presidente del Gobierno
aparecía públicamente tras convocar urgentemente un comité extraordinario. Pero el escenario era pintoresco. No había medios de comunicación. Tampoco preguntas. Únicamente un discurso previamente preparado de 15 minutos que se difundió mediante una pantalla de televisión a los periodistas presentes en la sala de prensa. Algunos medios incluso se negaron a asistir como protesta por la decisión del ejecutivo.

Esta es la primera y gran crítica. Una decisión que jamás entenderé y que por supuesto no comparto en una situación de crisis, sobre todo cuando un día antes ya se había realizado una rueda de prensa con preguntas. Y más aún cuando Mariano Rajoy ha respondido a las preguntas tras su encuentro con Angela Merkel en Berlín. Pues eso, pintoresco.

El discurso de Rajoy es mucho más convincente que el de la secretaria general. Mucho más. Porque pese a ser leído (como siempre hace el presidente) gran parte del contenido lo expresa desde el corazón, o al menos esa es la sensación que transmite. Sus declaraciones son más agresivas, inciden más en el fondo del caso, y muestra un mayor interés por esclarecer el asunto. En el futuro se comprobará si Rajoy decía la verdad o no…

Se centra en su persona por encimad del partido Es especialmente relevante el tono que utiliza Rajoy cuando las especulaciones se refieren a su persona. Intenta hacer una defensa férrea de su honorabilidad como político, con argumentos parecidos a los esgrimidos por Cospedal, pero con una mayor intensidad. No es ese tono pasota de la secretaria general.

Particularmente me sorprende el argumento de su anterior trayectoria como profesional del sector privado, afirmando que «antes ganaba mucho más que ahora». Es un buen razonamiento que evidentemente no significa que no haya recibido dinero en B, pero cuanto menos apunta a su presencia en el mundo de la política «por valores y no por dinero».

De la misma forma que Cospedal, Rajoy alude a aquellas personas que intentan perjudicar la imagen del Partido Popular con estas informaciones, pero el grado de importancia que le otorga es inferior al de su secretaria general. En el discurso de Rajoy predomina la negación rotunda y su inocencia en este caso como dirigente del PP.

 

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