sábado, mayo 4, 2024

Los culpables de las fake news (Descarga el estudio ‘Bulos y desinformación’)

Estudio de Comunicación y Servimedia presentan el estudio `Bulos y desinformación´. La idea de este estudio es seguir poniendo el foco en los intereses que promueven los bulos y la desinformación, cómo se difunden y qué efectos producen en quienes padecen sus consecuencias. Todo ello, sin perder de vista la necesidad de poner de manifiesto que la educación y la formación de la ciudadanía, en mayor medida de los futuros periodistas, es el mejor camino para evitar los efectos negativos del engaño y la manipulación. Aquí resaltamos algunas de las conclusiones del mismo.

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Por Redacción, 9 de septiembre de 2022

Con un aumento de casos tras la pandemia, tanto el público en general como los periodistas y comunicadores creen que todos somos culpables de la creación y difusión de bulos (fake news) y desinformación. Los profesionales de la comunicación opinan que las falsedades de tipo político son las que más afectan a la ciudadanía, mientras que el resto de los participantes señalan que son las de tipo social las que más problemas pueden causar.

La principal razón por la que se generan desinformación y bulos es la de perjudicar la imagen o la reputación de personas y organizaciones. Los participantes también perciben que está muy presente el deseo de obtener un beneficio, ya sea para la persona que genera falsedades o para el colectivo al que pertenece.

Según periodistas y comunicadores, la labor de las agencias de verificación es imprescindible para contrastar temas especializados, como científicos o sanitarios, y no lo es en la misma medida para contenidos de tipo general. Al comparar lo que los profesionales de la comunicación consideraban en el estudio realizado en 2018 y lo que señalan en 2022 sobre la actividad o mayor propensión de los distintos tipos
de medios a generar bulos y desinformación, los medios nativos digitales se siguen viendo como los que más problemas pueden generar; y las agencias de noticias, como los que menos.

Resumen de conclusiones del estudio:

Un 66,7 % del público en general y un 60,7 % de los profesionales de la comunicación perciben un aumento del volumen de bulos (fake news) y desinformación tras la pandemia.

Para un 57,6 % de periodistas y comunicadores y para un 47,4 % del resto de participantes, todos somos culpables de la difusión de bulos y desinformación.

Solo el 11,3 % de los profesionales de la comunicación cree que los medios son responsables de crear o difundir falsedades, pero un 31,6% del resto de entrevistados cree que los medios tienen responsabilidad en este problema.

La desinformación que más afecta a la ciudadanía es la de tipo político, según lo señalan el 84 % de los periodistas y comunicadores participantes.

El 69,2 % de quienes no se identificaron como profesionales de la comunicación marcó las falsedades de tipo social como las que más afectan.

Para los periodistas, las redes sociales más activas en la propagación de desinformación son las de los particulares (92,7 %) y las de políticos y partidos (78,9 %).

El 75,7 % de los profesionales de la comunicación opina que los medios nativos digitales son muy activos en la propagación de falsedades, seguidos de la televisión (47,9 %).

Las agencias de información son poco o nada activas difundiendo bulos y desinformación para un 80,6 % de los periodistas entrevistados.

La mayoría de los tipos de desinformación, salvo la sátira o la parodia, son considerados muy dañinos por los periodistas y comunicadores. Sobre todo, la de tipo «contenido engañoso», que se ve así por un 96,9 %.

La labor de las páginas de verificación en general es vista como imprescindible para un 35,5 % de los periodistas y comunicadores, aunque necesaria para un 44,1 %.

Si nos referimos a temas especializados (ciencia, economía, sanidad, etc.), aumenta el porcentaje de quienes consideran imprescindible el trabajo de los verificadores, hasta un 56,7 %, y baja el de quienes lo creen necesario hasta un 32,7 %.

De las cuatro agencias de verificación españolas incluidas en la Red Internacional de Verificadores de Datos (IFCN), Efe Verifica (78,2 %) y Maldita (70,9 %) son las más confiables para periodistas y comunicadores.

Comparativa (2018-2022). Ha crecido el número de personas que piensa que la desinformación y los bulos se generan para obtener un beneficio, personal o para el colectivo al que pertenece el emisor (76,9 %, 2018; 79,2 %, 2022). Y ha descendido, aunque muy poco, el número de los que opinan que la desinformación y los bulos se generan, mayormente, para perjudicar la imagen y la reputación de personas u
organizaciones (88,5 %, 2018; 86,4 % 2022).

Comparativa (2018-2022). Se incrementa el porcentaje de los que piensan que los medios nativos digitales son los más proclives a difundir falsedades (69,2 %, 2018; 75,7 %, 2022).

Comparativa (2018-2022). La televisión se percibe menos tendente a los bulos y la desinformación en 2022 que en 2018 (47,9 % y 69,2 %, respectivamente), lo mismo que la radio (30,9 % y 38,5 %, respectivamente), pero aumenta ligeramente la desconfianza en los impresos (23,1 % y 24,8 %, respectivamente).

Comparativa (2018-2022). Las agencias de noticias siguen consideradas como los medios menos activos en la propagación de falsedades (19,2 % en 2018 y 19,4 % en
2022).

ESTUDIO COMPLETO: BULOS Y DESINFORMACIÓN


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