Estudio de Comunicación y Servimedia presentan el estudio `Bulos y desinformación´. La idea de este estudio es seguir poniendo el foco en los intereses que promueven los bulos y la desinformación, cómo se difunden y qué efectos producen en quienes padecen sus consecuencias. Todo ello, sin perder de vista la necesidad de poner de manifiesto que la educación y la formación de la ciudadanía, en mayor medida de los futuros periodistas, es el mejor camino para evitar los efectos negativos del engaño y la manipulación. Aquí resaltamos algunas de las conclusiones del mismo.
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Por Redacción, 9 de septiembre de 2022
Con un aumento de casos tras la pandemia, tanto el público en general como los periodistas y comunicadores creen que todos somos culpables de la creación y difusión de bulos (fake news) y desinformación. Los profesionales de la comunicación opinan que las falsedades de tipo político son las que más afectan a la ciudadanía, mientras que el resto de los participantes señalan que son las de tipo social las que más problemas pueden causar.
La principal razón por la que se generan desinformación y bulos es la de perjudicar la imagen o la reputación de personas y organizaciones. Los participantes también perciben que está muy presente el deseo de obtener un beneficio, ya sea para la persona que genera falsedades o para el colectivo al que pertenece.
Según periodistas y comunicadores, la labor de las agencias de verificación es imprescindible para contrastar temas especializados, como científicos o sanitarios, y no lo es en la misma medida para contenidos de tipo general. Al comparar lo que los profesionales de la comunicación consideraban en el estudio realizado en 2018 y lo que señalan en 2022 sobre la actividad o mayor propensión de los distintos tipos
de medios a generar bulos y desinformación, los medios nativos digitales se siguen viendo como los que más problemas pueden generar; y las agencias de noticias, como los que menos.
Resumen de conclusiones del estudio:
• Un 66,7 % del público en general y un 60,7 % de los profesionales de la comunicación perciben un aumento del volumen de bulos (fake news) y desinformación tras la pandemia.
• Para un 57,6 % de periodistas y comunicadores y para un 47,4 % del resto de participantes, todos somos culpables de la difusión de bulos y desinformación.
• Solo el 11,3 % de los profesionales de la comunicación cree que los medios son responsables de crear o difundir falsedades, pero un 31,6% del resto de entrevistados cree que los medios tienen responsabilidad en este problema.
• La desinformación que más afecta a la ciudadanía es la de tipo político, según lo señalan el 84 % de los periodistas y comunicadores participantes.
• El 69,2 % de quienes no se identificaron como profesionales de la comunicación marcó las falsedades de tipo social como las que más afectan.
• Para los periodistas, las redes sociales más activas en la propagación de desinformación son las de los particulares (92,7 %) y las de políticos y partidos (78,9 %).
• El 75,7 % de los profesionales de la comunicación opina que los medios nativos digitales son muy activos en la propagación de falsedades, seguidos de la televisión (47,9 %).
• Las agencias de información son poco o nada activas difundiendo bulos y desinformación para un 80,6 % de los periodistas entrevistados.
• La mayoría de los tipos de desinformación, salvo la sátira o la parodia, son considerados muy dañinos por los periodistas y comunicadores. Sobre todo, la de tipo «contenido engañoso», que se ve así por un 96,9 %.
• La labor de las páginas de verificación en general es vista como imprescindible para un 35,5 % de los periodistas y comunicadores, aunque necesaria para un 44,1 %.
• Si nos referimos a temas especializados (ciencia, economía, sanidad, etc.), aumenta el porcentaje de quienes consideran imprescindible el trabajo de los verificadores, hasta un 56,7 %, y baja el de quienes lo creen necesario hasta un 32,7 %.
• De las cuatro agencias de verificación españolas incluidas en la Red Internacional de Verificadores de Datos (IFCN), Efe Verifica (78,2 %) y Maldita (70,9 %) son las más confiables para periodistas y comunicadores.
• Comparativa (2018-2022). Ha crecido el número de personas que piensa que la desinformación y los bulos se generan para obtener un beneficio, personal o para el colectivo al que pertenece el emisor (76,9 %, 2018; 79,2 %, 2022). Y ha descendido, aunque muy poco, el número de los que opinan que la desinformación y los bulos se generan, mayormente, para perjudicar la imagen y la reputación de personas u
organizaciones (88,5 %, 2018; 86,4 % 2022).
• Comparativa (2018-2022). Se incrementa el porcentaje de los que piensan que los medios nativos digitales son los más proclives a difundir falsedades (69,2 %, 2018; 75,7 %, 2022).
• Comparativa (2018-2022). La televisión se percibe menos tendente a los bulos y la desinformación en 2022 que en 2018 (47,9 % y 69,2 %, respectivamente), lo mismo que la radio (30,9 % y 38,5 %, respectivamente), pero aumenta ligeramente la desconfianza en los impresos (23,1 % y 24,8 %, respectivamente).
• Comparativa (2018-2022). Las agencias de noticias siguen consideradas como los medios menos activos en la propagación de falsedades (19,2 % en 2018 y 19,4 % en
2022).
ESTUDIO COMPLETO: BULOS Y DESINFORMACIÓN