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Técnicas de Naming: cómo poner nombre a una empresa

REDACCIÓN Jueves 19 de agosto de 2010

El nombre de una marca es su carta de presentación, su comunicación más esencial. Por eso se considera la decisión de marketing más importante. No se puede tomar a la ligera. En la práctica, es el elemento de mayor duración de una marca, desde el comienzo hasta la final de la misma. Debemos darle muchas vueltas y meditar con calma a la hora de bautizar nuestra empresa y nuestros productos. Ahora bien, un vez que hemos tomado la decisión, debemos actuar con rapidez, no vaya a ser que a alguien se le haya ocurrido la misma idea y la registre antes que nosotrsos. Los expertos en naming y en branding dan las siguientes recetas a la hora de elegir un buen nombre para un negocio emprendedor. Toma nota de los siguientes consejos:


1. Piensa qué es lo que quieres transmitir de tu empresa. Es aconsejable que  el nombre de tu negocio refuerce todos o alguno de los elementos clave de tu empresa (rapidez, atención, medio ambiente, etc). Lo primero que tienes que hacer es definir cuáles son las cualidades que quieres grabar en la mente de tu público. Un ejemplo: Hipotecafácil.com deja claro cuál es su actividad.


2.  Pon en acento en tu público. Piensa en aquellos valores o estilos que estén asociados a tu público, y piensa en algún nombre que lo exprese con claridad. Para determinados sectores, es importante que el nombre sea corto y fácil de pronunciar; otros, que sea creativo, incluso divertido. Pablosky, por ejemplo, es el nombre de la cadena de calzado infantil de la empresa Calzados Pablo. Es un nombre gracioso pensado para niños, fácil de pronunciar.


3. Busca ser diferente a todo lo demás (especialmente a tus competidores). Para ello debes estudiar en profundidad los nombres de la competencia y la percepción que tienen los clientes de estos nombres. Así te será más fácil diferenciarte. Los restaurantes Fast Good son un buen ejemplo de diferenciación dentro del mercado de la comida rápida. Con un sencillo juego de palabras consigue diferenciarse del resto de la oferta. Cambiar una ‘f’ (‘food’ = comida) por una ‘g’ (‘good’ = bueno) es un guiño inteligente que, de entrada, llama la atención del cliente potencial.


4. Que sea fácil de recordar. Cuanto más sencillo, más fácil es de recordar. Esta es una regla fundamental a la hora de crear un nombre. También es mucho mejor que sea un término corto. Si es largo, hay probabilidades de que tus clientes terminen abreviándolo, y que distorsionen de esta manera alguna idea o valor que quieras transmitir con él. Otra característica es que sea fácil de pronunciar. Esto favorecerá que el nombre de tu empresa se haga popular.


5. Que no tenga problemas en la comunicación. Si tu empresa tiene éxito es posible que, más temprano que tarde, te plantees salir al exterior. En este sentido, debes pensar si el nombre que eliges tiene alguna connotación inapropiada en otro idioma. Los nombres más ‘exportables’ son los fáciles de pronunciar. Debes asegurarte también de que sea un nombre que esté disponible en Internet.