Pablo Herreros hace este interesante análisis en su blog del que ofrecemos aquí un extracto.
Por Redacción, 3 de mayo de 2020
Pablo Herreros analiza en un post y en un vídeo una de las causas que hacen que el uso de un influecer sea un éxito o un fracaso para una marca. Y se centra en el caso de Iker Casillas, que ha protagonizado una acertada campaña para el bufete de abogados Arriaga Asociados y de una fracasada acción para Sansung. ¿Qué diferencia a la una de la otra? Pues su condición de cliente en el caso del bufete, cosa que no ocurrió con la marca de smartphones (de hecho, él es usuario de iPhone).
La explicación se apoya en el siguiente vídeo.
Herreros señala: «Si un influencer no es cliente de tus productos o servicios, ¡aléjalo de tu marca! Da igual si te planteas contar con nanoinfluencers, con microinfluencers o con influencers de 200.000 seguidores… o de 16 millones, como el portero madrileño. No importa qué tipos de influencer buscas: Si un influencer no cumple el primer requisito -ser cliente y fan de tus productos o servicios-, ¡aléjalo de tu marca!»
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