sábado, diciembre 14, 2024

¿Cómo sería internet sin publicidad?

ARTÍCULO DE ILARIA ZAMPORI/QUANTCAST/¿Te has preguntado alguna vez cómo sería internet sin publicidad? La publicidad en la web ha evolucionado mucho en los últimos 27 años, siendo cada vez más sofisticada y minuciosa. Pero ¿por qué la tenemos? ¿Cómo sería internet sin ella? Por internet, me refiero a la Internet Libre y Abierta, un lugar en el que pasamos gran parte de nuestro tiempo navegando por contenidos, investigando e interactuando con otros usuarios.

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Por Ilaria Zampori, General Manager de Quantcast en España e Italia/6 de mayo de 2022

Para el internauta medio, la idea de una experiencia online sin anuncios puede parecer ideal; sin molestas interrupciones que se interpongan en los contenidos, ni rastreos, ni preocupaciones por la privacidad de sus datos. Esta fantástica versión de internet, se basa en el supuesto de que solo desaparecerían los anuncios y todo lo demás se mantendría igual. Pero, en realidad, internet sería completamente diferente y no en el buen sentido.

Sin publicidad para financiarla, internet tendría menos variedad de contenidos: las noticias representarían un punto de vista más reducido, con menos cobertura local, el acceso a recursos educativos y plataformas de blogs con recetas, proyectos de bricolaje y reseñas de libros serían escasos. Por ejemplo, si quisiéramos buscar ideas para organizar un evento para un cliente, leer las últimas novedades tecnológicas o buscar inspiración, ya no nos bastaría con navegar por internet; la disponibilidad de recursos educativos y fuentes de entretenimiento que damos por sentados, ya no estarían a tan solo un clic de nosotros. Toda esta información podría seguir estando disponible de forma online, pero estaría oculta dentro de un walled garden (ecosistema cerrado que no comparte información, datos y tecnología), y tendríamos que pagar para acceder a ella.

La publicidad es la moneda que impulsa la Internet Libre y Abierta. Este mensaje se ha perdido, ya que el consumidor online no entiende cómo funciona el intercambio de valores dentro del ecosistema de internet. Más de 5.000 millones de personas en todo el mundo tienen un amplio acceso a la información, el entretenimiento, las noticias, la educación y mucho más, pero ese contenido está disponible y es gratuito porque la publicidad lo financia. Los creadores de contenidos comparten su perspectiva, sus ideas y su creatividad con los consumidores de internet, pero esperan – y merecen – que se les pague por ello. La publicidad paga a estos creadores de contenidos – desde periodistas a blogueros, pasando por diseñadores gráficos – y proporciona a todo el mundo acceso a sus contenidos online gratuitos.

La publicidad también puede proporcionar otra forma de contenido de valor a los consumidores: información relevante sobre productos o servicios. Hay que reconocer que en los primeros años de internet, los anuncios no siempre eran relevantes. Los consumidores se agrupaban en grandes categorías y los banners y las ventanas emergentes distraían y molestaban convirtiéndose en una publicidad que ignorábamos.

Sin embargo, hoy en día, las sofisticadas técnicas de IA y el machine learning pueden llegar a los consumidores con publicidad relevante, y como resultado, las marcas están creando campañas exitosas e impulsando su rendimiento. Los consumidores reciben anuncios útiles y personalizados que les presentan un producto o servicio que realmente desean, lo que mejora su experiencia general en internet. 

Sin embargo, este intercambio de valor entre consumidores y anunciantes funciona mejor cuando los consumidores entienden cómo se utilizan sus datos y pueden establecer sus preferencias, y cuando los anunciantes respetan esas preferencias y las ponen como prioridad. Cuando los consumidores tienen el control y la transparencia en torno a su consentimiento y sus gustos, los anuncios pueden adaptarse a ellos respetando sus elecciones. Internet puede ofrecer anuncios relevantes sin que el destinatario de la publicidad se sienta intruso. Y con este tipo de publicidad, en la que todos ganan, internet puede seguir siendo nuestro lugar de acceso a contenidos gratuitos y sin restricciones. 

Internet sería un lugar muy diferente si no tuviéramos publicidad para financiar los contenidos. En realidad, no sería una utopía sin publicidad, sino una internet con anuncios impersonales y walled gardens. Al comprender la realidad de que los anuncios son, en última instancia, beneficiosos para todos los integrantes del ecosistema – editores, anunciantes y consumidores – podemos utilizar la publicidad basada en el consentimiento para impulsar una Internet Libre,Abierta y próspera.


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