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Albert Rivera: puntos fuertes y débiles en la comunicación del líder de Ciudadanos

PABLO HERREROS, DIRECTOR DE GOODWILL COMUNICACIÓN Viernes 6 de marzo de 2015

Albert Rivera, líder de Ciudadanos, es el político revelación de los últimos meses, según las últimas encuestas. Pero, ¿cuál es su perfil como comunicador? Hemos pedido a Pablo Herreros, director de Goodwill Comunicación, que nos haga una valoración de sus puntos fuertes y débiles desde el punto de vista de la comunicación. Estas son sus ideas.

LOS PUNTOS FUERTES DE ALBERT RIVERA:


  • Es un político joven y ‘virgen’representa un partido que no ha participado en ningún episodio de corrupción, al contrario que los partidos tradicionales. A diferencia de Pedro Sánchez, Albert Rivera es percibido como independiente, poderoso en su organización, lo que le hace ser percibido por el votante como más auténtico, más verdad. No sirve ser joven y decir que estás con los votantes: solo sirve ser transparente y apoyar las cosas que los ciudadanos piden. Si vas de ‘somos otro partido del que éramos’ pero firmas un acuerdo que incluye la cadena perpetua con el actual Gobierno, plagado de casos de corrupción, todo lo demás que digas es irrelevante: tu crédito es cero. 

 

  • Es un político de la era de internet y que cree en ello de verdad: Rivera maneja su Twitter personalmente y sigue a gente que le interesa por la razón que sea (no sólo a políticos, famosos o a gente de su partido). Ese estar en redes sociales para aportar y no solo cuando hay campaña, o estar de forma personal y no a través de tu equipo, es lo que hacer que Rivera sea percibido por los votantes como ‘uno de los nuestros’. Lejos de dar votos, la presencia de políticos en Twitter por medio de sus equipos, les resta credibilidad y cercanía. Rivera, en cambio, contesta personalmente a muchísima gente que le critica o le pregunta cosas.

 

  • Sonríe, es guapo y transmite ilusión. ¡Como Adolfo Suárez! La referencia es obligada y cada vez más frecuente. Incluso ha publicado una foto leyendo la biografía del expresidente. Esta es una veta a explotar desde las coincidencias reales, que son muchas, y sobre todo, sin oportunismo. Suárez representó virtudes como la caballerosidad, la centralidad, la capacidad de buscar encuentros con todos, la grandeza de coincidir con sus adversarios…y esas virtudes están en el carácter de Albert Rivera. Tiene que ser cuidadoso al no invocar el nombre de Suárez de forma oportunista, pero sería muy interesante que buscara la adhesión al proyecto de Adolfo Suárez Illana, que es precisamente una persona muy templada y que seguro que conectaría bien con Rivera. Es mucho más valioso un apoyo explícito de Suárez Illana (en un mitin, en unas declaraciones) que tener detrás a 40 cantantes famosos. Por dos razones: 1) Suárez Illana es una persona íntegra y que nunca apoyaría nada en lo que no creyese, y 2) En su día fue candidato del PP, y si hoy apoyase a Ciudadanos estaría señalando, de forma muy simbólica, que el PP al que apoyó era un PP honesto, y que hoy el partido honesto al que apoyó ha tomado otra deriva…

 

  • Militó en el PP: esto, que se podría ver como un handicap por los votantes de izquierdas, es un valor para los de derechas. En el caso que nos ocupa, debe ser tratado por su equipo como algo natural y propio de la situación excepcional que vivimos: el PP dejó de ser un sitio en el que sentirse cómodo, ni como militante ni como votante. Por eso nació Ciudadanos y es el vehículo en el que hoy quiere provocar cambios positivos en la sociedad. En este sentido deben tratarse igualmente otras militancias anteriores de gente de Ciudadanos: «¡Claro que tenemos exmilitantes de PSOE, PP, IU ó UPyD! Es que antes no se podía ser de Ciudadanos porque no existía». 

 

  • Ciudadanos son de derechas (o de extrema derecha). Este argumento se deshace muy bien tal como argumenta Rivera: el mundo actual no tiene ningún sentido en esa visión de izquierdas/derechas que sí se usó hace unos años. El camino es buscar programas y propuestas realizables, útiles y que sean buenas para los españoles. En ese contexto, hay que buscar que sean sociales, buenas para la mayoría y sostenibles; pero no que tengan un carácter de izquierdas o derechas. Suena extraño pero el elector más informado -que es el votante más probable de Ciudadanos- aprecia como cierto este análisis de que hoy el mundo es de gente que quiere aplicar políticas sensatas desde los principios y no de gente que atiende a estructuras corruptas o clientelares. 

 

  • Sensatez, audacia y centralidad. El momento actual exige decisiones sensatas y aplicables, medidas que la gente vea que son posibles y buenas para salir adelante. Este terreno lo pisó muy bien Rivera en la presentación de su programa económico en Madrid, y es el camino que más votos les puede dar en un futuro por contraposición (a los partidos antiguos, que no quieren cambiar nada, y a Podemos, que propone cambios que asustan o que no gustan a gran parte de la población). Cuanto más hable de cosas concretas (ley electoral más justa, etc.), más votos recogerá de los votantes indecisos y de toda la gente mejor informada. Las ideas audaces le destacan de los partidos antiguos que solo hablan de los demás y no dicen nada de lo que harán (y que no pueden defender cómodos lo que han hecho en los últimos años). Ese empujón de ilusión es un valor de Rivera con el que Rajoy, Sánchez o Rosa Díez no pueden competir.

 

  • Naturalidad como seña de identidad: esa forma de hablar y de estar, tan natural y tan fuera de los clichés políticos, es clave en el compromiso que arranca de los votantes. Engancha y hace que la gente empatice y se vea reflejada en Rivera. En ese terreno solo compite con Podemos, que es un partido con el que comparte algunas cosas (incluyendo posibles votantes, que se decantarán por uno u otro en función de la transparencia, la corrupción, las propuestas, etc.). La diferencia es que Rivera propone cosas que suenan frescas pero más sensatas; el cambio tranquilo e ilusionante tiene más valor para mucha gente que el cambio revanchista de Podemos. Es el centro del espacio político, en el que más puede triunfar Ciudadanos y en el que menos cómodo está ahora Podemos.

 

    LOS PUNTOS DÉBILES DE ALBERT RIVERA:

    • Es muy joven (en sentido peyorativo): «no tiene experiencia de Gobierno y es muy joven». Rivera se ha rodeado en el área económica de dos pesos pesados (Luis Garicano y Manuel Conthe) que además tienen prestigio y aportan ideas innovadoras pero realizables. Su posible juventud se ve contrarrestada por su madurez al querer ser acompañado por dos tipos con muchos más años de experiencia y dejarles despuntar sin complejo de inferioridad por ser más joven e inexperto que ellos. Eso se traduce en autenticidad y sensación de que Rivera es alguien seguro de sí mismo y al que no le duele tener colaboradores más «valiosos» que él mismo. Es un punto débil que, si sigue explotándolo así, y pidiendo a gente de prestigio que se una, se convierte claramente en un punto fuerte: el joven Rivera no tiene ‘los vicios’ de otros ‘figurones’ que huyen de ceder su protagonismo.

     

    • Colaboradores implicados en temas de corrupción (Jordi Cañas). Este es el único punto débil real que le veo a día de hoy. Parece que es un caso claro en el que, por estética, deberían haber dejado de contar con esta persona. No tiene cargo público y solo asesora a un eurodiputado, que es por  lo que Rivera lo ha excusado en la entrevista de Ana Pastor (ella le requirió varias veces para que explicase por qué no se ha prescindido de Jordi Cañas). El caso es irrelevante comparado con los de PP ó PSOE pero, dado que a los partidos nuevos se les exige justo que sean ‘100% libres de corruptos’, lo lógico es que Rivera obligase a prescindir de este asesor. Estéticamente no es defendible, y hace mucho más daño dar esa ‘bala’ al adversario que dejarlo caer. Al fin y al cabo, será un tipo inteligente y aportará valor al partido, pero es seguro que pueden encontrar asesores igual de buenos y que no tengan sombra de duda. Su presencia es un borrón. Y más aún tras los episodios de Errejón (menor) y Monedero (error grave e irreversible de Podemos). La limpieza es la mayor obligación de los partidos nuevos, y ahí no se debe escatimar en ser y en parecer: ante la sombra de duda, no vale con pagar (Monedero), sino que hay que hacer caer a quien actúe con poca ética y dar todas las explicaciones sin meterse en el ‘y tú más’, que es justo de donde venimos. Podemos ha perdido mucha credibilidad en la lamentable gestión de este caso, que no tendría por qué haberles supuesto un daño grave si lo hubiesen reconocido y tratado como un fallo desde que se produjo (y no como un ataque, pues los hechos eran claramente inmorales, por más que el Gobierno jugase sucio filtrándolos y que no fuera ilegal lo ocurrido).

     

    • Albert Rivera es ateo (punto débil que intentará explotar el PP ante sus votantes más religiosos). En este terreno, lo que debe hacer Rivera es seguir siendo auténtico y pragmático, sin alejarse de su sinceridad. Alguna vez ha dicho que hay que tocar los acuerdos con la Iglesia, dado que España es aconfesional. Pues debe ser coherente y seguir defendiendo lo mismo pero siempre remarcando que es respetuoso con los católicos y demás confesiones. Le recomiendo que siga con el discurso tranquilo de «no vamos a quemar iglesias» sino a cuidar mucho que el dinero público se emplee bien y con sentido, tanto el que es para para la Iglesia como el de los hospitales o las pensiones. Y en todo caso, es un tema que Rivera debe evitar siempre que pueda, pues entre gente religiosa, es un terreno de perder votos y no de ganarlos.

     

    • Ciutadans es un partido catalán. El PP suele referirse a Ciudadanos por su nombre en catalán, como parte de una infantil estrategia para hacer creer que es un partido regional y que además es de esa región que es ‘mala’ en el imaginario colectivo de parte del resto de España. Pretende identificar a Rivera con ‘antiespañol’, apelando así al bajo instinto del votante más de derechas del PP. La estrategia es simplista y claramente infantil por parte del Partido Popular, que demuestra estar muy desconectada del sentir de la gente. Rivera debe reírse de este cliché de la misma manera que lo ha hecho al convertir un torpe menosprecio -«Rivera es Naranjito», ha dicho Rafael Hernando-, en un trending topic mundial. ¿Cómo lo hizo Albert Rivera? Se hizo una foto con la mascota del Mundial ’82 y eso dejó en evidencia la torpeza de su adversario e hizo ver, otra vez, que tiene mucho sentido del humor y mucha humildad. Cuando en el PP les llamen ‘catalanes’ en sentido despectivo, estarán perdiendo más votantes en Cataluña y además dan Ciudadanos otro balón ganador: pueden presumir sin complejos de su lugar de nacimiento y resaltar que hoy están en toda España para colaborar a regenerarla. Además, Rivera tiene otra ocasión para presumir de ser catalán (con todo lo bueno que ello tiene) y de ser español. Nada hay más natural que sentirse orgulloso de la tierra en que naciste.