ARTÍCULO DE ESTHER ALMENDROS ( ISACA) / Un mensaje sin validar. Una alerta de seguridad que llega al móvil a medianoche. Una crisis digital que estalla mientras el equipo de comunicación aún duerme. Cada vez más, los ciberataques no comienzan con un virus, sino con un silencio. Y ahí, en ese primer momento de incertidumbre, es donde se define si una organización reforzará la confianza de sus públicos o la perderá por completo.
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Por Esther Almendros, Gerente de Comunicación y Marketing para Europa en ISACA / 17 de septiembre de 2025
En la era digital, el papel del Dircom ya no se limita a custodiar la reputación. Se ha convertido en una figura clave para construir —y proteger— la confianza digital, un activo tan crítico como intangible. Frente a incidentes de ciberseguridad, el impacto técnico es solo una parte del problema. Lo que de verdad está en juego es la percepción.
Una brecha cada vez más visible: el uso frente a la gobernanza
El último estudio AI Pulse Poll 2025 de ISACA refleja una tendencia preocupante: el 83 % de los profesionales europeos afirma que sus empleados ya utilizan inteligencia artificial en su día a día. Sin embargo, solo un 31 % de las organizaciones cuenta con políticas formales para regular su uso. Esta brecha entre adopción tecnológica y gobernanza no solo representa un riesgo operativo o legal. Es, ante todo, un reto comunicativo.
¿Cómo explicar a la opinión pública que usamos tecnología sin tener reglas claras? ¿Cómo responder si esa tecnología se ve comprometida? El Dircom debe anticiparse a esas preguntas y formar parte de las respuestas.
Confianza digital: una ecuación de personas, procesos y tecnología
Construir confianza digital requiere algo más que invertir en firewalls o herramientas de detección de amenazas. Exige alinear personas, procesos y tecnología bajo un marco ético, transparente y resiliente. Y, por supuesto, comunicarlo con claridad.
En este escenario, el Dircom ya no puede ser un actor secundario. Debe estar en el diseño de los protocolos, no solo en su difusión. Porque cuando ocurre un ciberincidente, la forma en que se comunica es tan importante como las medidas que se toman.
Qué puede hacer hoy un Dircom para prepararse
A continuación, cinco acciones concretas que pueden marcar la diferencia:
- Participar desde el inicio en los comités de ciberseguridad, IA y privacidad, no solo cuando hay crisis.
- Diseñar mensajes base para distintos escenarios de incidentes: filtración de datos, acceso no autorizado, fallo de IA.
- Impulsar formaciones cruzadas entre comunicación y tecnología, para entender y traducir correctamente los riesgos.
- Simular crisis reales que incluyan impactos reputacionales y respuesta multicanal en tiempo real.
- Integrar principios éticos en la narrativa corporativa sobre IA, privacidad y seguridad, alineando relato y acción.
La legislación también se comunica
Con marcos como el EU AI Act o la directiva NIS2, las organizaciones tendrán que demostrar no solo que cumplen, sino que lo comunican con rigor. Conceptos como explicabilidad algorítmica, gobernanza de datos o gestión de riesgos ya no son solo responsabilidad del área legal o técnica. El Dircom debe ser capaz de traducir estos conceptos a un lenguaje comprensible, creíble y coherente con los valores de la organización.
Tecnología con narrativa: el nuevo diferencial
La ciudadanía no exige perfección tecnológica, pero sí honestidad. Quiere saber cómo se usan sus datos, qué hace una organización cuando algo falla, y si hay principios claros detrás de las decisiones digitales. En este sentido, el Dircom es el puente entre la innovación y la sociedad. Es quien transforma complejidad en claridad, incertidumbre en confianza.
¿Estamos listos?
La próxima crisis digital no es una hipótesis. Es una certeza. La única incógnita es cómo responderemos cuando llegue.
¿Sabremos explicarnos con claridad, empatía y responsabilidad? Porque la tecnología puede fallar. Pero la comunicación no debería.
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