viernes, diciembre 5, 2025

Cómo prepararse ante los continuos cambios regulatorios en ESG

ARTÍCULO DE SARAH STRACQUADANIO (TEAM LEWIS) / La mayoría de las empresas a nivel internacional reconoce que las exigencias de transparencia ESG por parte de sus grupos de interés han aumentado en el último año. Así lo revela la Encuesta Global sobre Reporting en Sostenibilidad 2025 de PwC, realizada en 40 países que ya informan conforme a la Directiva Europea de Información Corporativa sobre Sostenibilidad (CSRD) o a los estándares del International Sustainability Standards Board (ISSB).

Por Sarah Stracquadanio, Senior Content Specialist & ESG Officer TEAM LEWIS/14 de noviembre de 2025

Es decir, que a pesar del decreto Ómnibus, que ha relajado un poco las exigencias de reporting en la Unión Europea (UE), las empresas siguen percibiendo importantes presiones normativas. No es de extrañar: el ritmo normativo de los últimos años ha sido continuo en materia de ESG y las empresas de todos los sectores están teniendo serias dificultades en adaptarse, tanto en procesos como en tecnologías e incluso (sí, todavía) en cuanto a narrativa y comunicación externa de sus progresos de sostenibilidad.

El nuevo mapa normativo ESG

El ecosistema normativo ESG se está volviendo multicapas y global. Europa marca el ritmo con la CSRD, pero su diálogo con los estándares del ISSB (IFRS S1 y S2) y las taxonomías de otros países, como el Reino Unido o EE.UU., está configurando un escenario donde la interoperabilidad será el nuevo reto.

Las compañías que operen internacionalmente deberán ser capaces de una armonización tanto narrativa como técnica, capaz de traducir la información de sostenibilidad a múltiples marcos regulatorios sin perder coherencia. No se trata solo de cumplir, sino de orquestar el relato ESG bajo diferentes expectativas (legales, culturales, de mercado, etc.).

En concreto, la UE posee uno de los marcos ESG más avanzados, centrado en la transparencia corporativa, la diligencia debida y las finanzas sostenibles.

  • CSRD, o Directiva sobre Información Corporativa en Materia de Sostenibilidad (Directiva (UE) 2022/2464): obliga a las grandes empresas a reportar información detallada sobre sostenibilidad, bajo lasNormas Europeas de Información sobre Sostenibilidad (NEIS).
  • CSDDD o Directiva sobre Diligencia Debida en Sostenibilidad Corporativa (Directiva (UE) 2024/1760): impone la verificación y gestión de riesgos ambientales y de derechos humanos en toda la cadena de suministro.
  • Taxonomía de la UE: establece qué actividades son sostenibles y guía a empresas e inversores en el acceso a financiamiento verde.
  • Directiva contra el Greenwashing (Directiva (UE) 2024/825): obliga a proporcionar a los consumidores información clara, pertinente y fiable, así como evitar incurrir en prácticas engañosas que alteren su comportamiento. Por ejemplo, lucha contra las afirmaciones medioambientales engañosas o de greenwashing.

Cinco claves para prepararse ante los cambios regulatorios ESG

1. Diagnóstico integral de la situación actual: El primer paso es identificar el punto de partida. ¿Qué información ESG se recopila actualmente? ¿Qué indicadores faltan?

2. Gobernanza y liderazgo sostenible: La sostenibilidad ya no puede limitarse a ser una competencia del departamento de RSC. Es indispensable que los consejos de administración y los departamentos de comunicación y marketing asuman un rol más activo, integrando los criterios ESG en la estrategia corporativa y la toma de decisiones.

3. Datos fiables y trazabilidad: Las nuevas normativas exigen informes basados en datos verificables. Esto implica reforzar los sistemas de recopilación, control y validación de información.

4. Comunicación transparente y narrativa coherente: La memoria de sostenibilidad ya no es un ejercicio de marketing, ni tan solo un cumplimiento, sino una herramienta de credibilidad y reputación. La narrativa corporativa debe estar respaldada por hechos, evitando el greenwashing y apostando por la claridad, la coherencia y la rendición de cuentas.

5. Cultura interna: Los cambios en ESG demandan un nuevo perfil de competencias, algo que ya destacamos en nuestro informe sobre comunicación ESG en España. Desde los equipos financieros hasta los de comunicación, todos los colaboradores deben entender qué significa operar bajo criterios ESG. La formación y la creación de una cultura corporativa sostenible, apoyada sobre un propósito claro, son esenciales para consolidar la transformación.

Más allá del cumplimiento, los cambios normativos en ESG representan una oportunidad para reforzar la reputación de las empresas. En este entorno, la comunicación responsable es el nuevo activo estratégico. Las compañías que adopten una visión proactiva, y la comuniquen correctamente, no solo evitarán riesgos, sino que ganarán en reputación, atractivo inversor y fidelidad del talento.