miércoles, abril 24, 2024

Ideas para sacar más partido a una revista interna

Partimos de que la revista interna humaniza a la empresa, por ello es importante crear un producto que sea elaborado, leído, aceptado y querido por todos los empleados. Y no podemos olvidar que por sí mismas no son mágicas.

Por Redacción, 7 de septiembre de 2021

En efecto, son una inmejorable aliada en la comunicación de las compañías, pero no pueden sustituirla. Si una organización arrastra vicios como difundir mensajes contradictorios, brindar poca información o abusar del doble discurso, la revista poco podrá hacer por sí misma. Porque ni reemplaza, ni sustituye, ni gestiona la comunicación interna.

Cualquier revista no nos servirá como herramienta de comunicación. Sus objetivos deben estar alineados con las necesidades de la compañía, de modo que aporte valor añadido para la organización y sus empleados. Debe, además, acercar la información corporativa a las personas a fin de mejorar la imagen de la empresa entre los empleados, el conocimiento de la realidad del negocio, el fomento de la cultura corporativa, minimizar la rumorología, tratar y prevenir las situaciones de crisis e incentivar la innovación, la proactividad y la mejora continua.

La receta es sencilla. Pero llevarla a la práctica, como casi siempre, no tanto, especialmente en un entorno en el que el capital humano, formado por profesionales cada vez más cualificados y exigentes en el plano personal, es el más valioso para cualquier empresa. Se considera, sin duda, que esta masa trabajadora es el público más relevante de las organizaciones, idea que obliga a redefinir la vieja y manida revista interna para convertirla en un soporte completamente diferente.

A través de contenidos e información de carácter estratégico, operativo y de negocio, pero también reflexivo, emocional y, por supuesto, social, las publicaciones corporativas dan coherencia a la comunicación interna de la compañía, favoreciendo e impulsando la identificación y vinculación de las personas con las estrategias de la organización, así como el orgullo de pertenencia a la misma y la mejora de las relaciones entre quienes forman parte de ella.

En un mercado cada vez más competitivo, las empresas están afrontando desafíos como la dispersión geográfica, los cambios culturales asociados y la obligada adaptación a la actual coyuntura económica. En este escenario, uno de los grandes peligros a los que se enfrentan es la pérdida de valores, de ahí que los mensajes de la dirección, los cambios de estructura, los éxitos y los fracasos… son informaciones que han de fluir partiendo de la propia organización.

El ritmo frenético al que las empresas deben amoldarse a esta realidad hace que a menudo la información no se estandarice, llegue tarde y se transmita por canales que no son los adecuados o efectivos. Así, no sorprende que en no pocas ocasiones los rumores se adelanten a los comunicados corporativos. Pero eso no quiere decir que las revistas internas deban ser un mero boletín de la dirección. Muy al contrario, éste es uno de los principales peligros de este tipo de publicaciones.

Conocer las necesidades del usuario

La revista interna ha de ser un soporte pensado por el usuario para el usuario cuya finalidad sea reconocer y satisfacer sus necesidades, ya no sólo de información, sino de comunicación. Dada su voluntad de convertirse en punto de encuentro entre la empresa y los actores que interactúan con ella, supone un elemento de la comunicación recíproca donde la información no tan sólo fluye en una dirección. El soporte online ya lo permite y es necesario sacarle todo el rendimiento posible.

Emplear, cada vez más, criterios puramente periodísticos, primando el interés, la novedad y el estilo divulgativo es otro de los requisitos indispensable para hacer una revista atractiva. Para ello es imprescindible incluir este soporte en el plan de comunicación y la estrategia de la compañía, e integrarla e interactuar, si es posible, con el resto de herramientas de comunicación como la intranet, los encuentros de la dirección con los empleados, las newsletters… así como con la comunicación externa.

Los mensajes siempre han de estar alineados y por ello han de estar coordinados con el plan de negocio, la estrategia de la compañía, con las necesidades y actividades del departamento de Recursos Humanos y, por supuesto, con el calendario de comunicación Interna.

No hay duda de que, como herramienta de comunicación, la revista interna debe integrar a todos los públicos internos y estar impulsada por un comité interdepartamental con el fin de reflejar, y satisfacer, las necesidades informativas de todos. ¿Por qué no, incluso, los familiares de los trabajadores? ¿O su entorno más local? De hecho, cada vez es más habitual incluir a todos o parte de los grupos de interés: clientes, proveedores tecnológicos, socios de la prestación de servicios, ONGs y otras entidades con las que colaboren para dar a conocer las repercusiones que su actividad genera sobre su entorno y en la sociedad en general.

Pese a lo que pueda parecer, la revista interna no esta abocada a su desaparición, sino más bien a su renovación, mejora e innovación, mediante soportes digitales que alivian los costes de impresión, por ejemplo, o mediante enfoques innovadores que priorizan al empleado sobre el mensaje corporativo, o al diseño sobre el texto. Bien orientadas, son eficaces herramientas de fidelización, prestigio y expansión de las empresas, así como de integración interna. La revista llega allá donde los directivos y representantes comerciales no pueden, siendo, en definitiva, la ‘tarjeta de presentación amable de la compañía’. Crean imagen de marca, perduran en el tiempo y aportan un alto valor percibido. Y eso deben aprovecharlo las organizaciones.


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